El proyecto LiquenCity, que estudiará la relación entre la presencia de líquenes y la calidad del aire urbano, arranca hoy con el objetivo de dar a conocer los líquenes urbanitas y de crear una App que pondrá a disposición del público mapas y fichas sobre el tema, según informa el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid en una nota de prensa. Además, en una primera fase, el equipo científico del proyecto quiere dar a conocer estos seres vivos -generados por la simbiosis entre un hongo y un alga y, en casos, con una levadura- a unos mil profesores y estudiantes de Secundaria y Bachillerato de las ciudades de Madrid y Barcelona.
El proyecto, que empieza este mes de julio, se presenta bajo el eslogan 'Busca líquenes urbanitas y conoce la calidad del aire de tu ciudad', y tiene como objetivo final sensibilizar sobre los efectos de los contaminantes del aire en nuestra salud -según se desprende del último estudio de la Carga Global de Enfermedad (GBD), al año en España se producen al menos 15.000 muertes atribuibles a la contaminación atmosférica-. Al respecto, estudios previos muestran cómo las afecciones respiratorias tienen una alta correlación con la presencia o ausencia de ciertas especies de líquenes en las ciudades. De hecho, "los estudiantes van a descubrir, entre otras cosas, que los barrios con menos muertes por cáncer de pulmón son también los que tienen mayor diversidad de líquenes", aseguran en la nota de prensa.
Así, durante el próximo curso escolar, unos 30 grupos de Secundaria aprenderán que las especies de líquenes que crecen en los árboles de la ciudad indican los niveles de contaminación del aire que respiramos, sabrán cuantificarlos e identificarlos y organizarán salidas para hacer, entre todos, mapas de los líquenes de las dos capitales.
Cuando los escolares salgan a buscar líquenes, tendrán que reportar sus hallazgos en una plataforma digital llamada Natusfera. Esta plataforma está accesible desde cualquier ordenador o a través de su propia App, y es como una libreta de campo digital preparada para anotar, compartir y validar observaciones en la naturaleza. Los expertos liquenólogos van a validar cada foto que suban los escolares desde Natusfera.
De este modo, se irá creando un mapa a tiempo real de los líquenes que se esconden en cada rincón de ambas ciudades. Todos los datos validados en esta plataforma pasaran a formar parte de la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF por sus siglas en inglés), por lo que, además de ser un proyecto de sensibilización y ayuda a la gestión municipal, también será un proyecto de ciencia ciudadana al servicio de la comunidad científica.
Con los mapas de líquenes elaborados por los estudiantes se podrá evaluar la contaminación atmosférica de cada barrio, conocer qué agentes contaminantes hay y establecer criterios y medidas correctoras para mejorar la salud pública de los residentes en estas dos ciudades.
De hecho, los coordinadores del proyecto alertan de que, “a pesar de la importancia que tiene la calidad del aire para nuestra salud, la percepción del problema no es general entre la ciudadanía. A menudo no se entienden las medidas tomadas para mitigar los niveles excesivos de ciertos contaminantes. Por ello, proyectos que fomenten la participación de los jóvenes, aportando conocimiento, tomando decisiones y pensando formas de cambiar nuestros hábitos, son claves para hacer una transición real hacia ciudades más sostenibles y saludables”, defienden.
El proyecto va a elaborar talleres, fichas y manuales que se distribuirán entre los centros seleccionados repartidos por cada distrito de Madrid y Barcelona. Estos materiales se harán en conjunto con expertos de la Universidad de Barcelona y del Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) y se pondrán a disposición del público en general para que cualquier otro ciudadano pueda conocer qué líquenes tiene cerca de su casa o de su trabajo.
El proyecto está dirigido principalmente a estudiantes y educadores de Secundaria y Bachillerato; asociaciones ciudadanas, especialmente naturalistas, y particulares con interés en el medio ambiente y la salud. El primer paso que se está dando con el proyecto es la selección de los centros educativos para que con el inicio del curso escolar 2018-19 empiecen a trabajar en él.
Esta iniciativa está realizada por GBIF España, el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid, el CREAF y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona, y cuenta con el apoyo de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT) .
Al inicio de la revolución industrial se usaban canarios en las minas para detectar fugas de gas invisibles. Hoy en día, los científicos utilizan otros seres vivos para detectarla: los líquenes, verdaderos bioindicadores de la contaminación del aire que respiramos.
2018-07-10