Efectivos del Equipo de Protección de la Naturaleza (Eprona) de la Guardia Civil de Albacete han investigado a tres personas, de 42, 48 y 52 años de edad, como presuntas autoras de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, por la importación de más de 37 millones de kilogramos de residuos peligrosos sin autorización, según informa el instituto armado en una nota de prensa.

La investigación, desarrollada dentro del marco de la operación 'Vitreus', comenzó en el mes de mayo de 2017, cuando el Equipo del Seprona de esta Comandancia detectó un flujo significativo de traslados de residuos peligrosos con destino a la provincia de Albacete, tras recabar toda la información disponible en las distintas administraciones competentes, estatal y autonómica, según estos movimientos tuvieran origen en países del ámbito de la Unión Europea y también de fuera de ella, completando estas actuaciones con inspecciones in situ de las distintas empresas implicadas.

Los primeros datos obtenidos abarcaban los años 2015, 2016 y 2017, y de ellos se desprendía que a la provincia de Albacete habrían llegado más de 72 millones de kilos de Residuos de Aparatos eléctricos y electrónicos (R.A.E.E.).

Durante el año y medio que han durado las investigaciones, los componentes del Eprona han podido reconstruir el circuito comercial de estos residuos, constatando que se habían importado, sin autorización, de países de la Unión Europea (Portugal, Italia, Luxemburgo, Chipre, Rumania y Grecia) y de terceros países (EEUU, Canadá y Colombia), más de 37 millones de kilogramos residuos, considerados como peligrosos, por su propia composición.

La totalidad de los residuos habría tenido como destino una empresa de la provincia albaceteña, interviniendo también en estas operaciones como negociantes otras dos mercantiles de la Comunidad Valenciana. Los residuos objeto de esta investigación provenían esencialmente de la sustitución de los antiguos aparatos de televisores y monitores, y dentro de estos cobran especial relevancia los dos tipos de vidrio que formaban parte de los mismos, el de pantalla y el del tubo de rayos catódicos.

Los investigados trataban de disponer del mayor acopio posible de vidrio proveniente de monitores y pantallas CRTs, en sus dos versiones, vidrio de pantalla y vidrio de tubo de rayos catódicos. Estas importaciones se realizaban eludiendo la tramitación administrativa correspondiente, evitando con ello el control de la administración competente, pues éste es un residuo finito ya que proviene de los antiguos modelos de aparatos. Además, la posibilidad de suministrar este material en grandes cantidades al sector de la cerámica les aportaba el consiguiente beneficio económico.

Las diligencias policiales instruidas por efectivos del Equipo de Protección de la Naturaleza fueron entregadas en el Juzgado de Instrucción de guardia de la localidad albaceteña de Almansa.

Esta actuación se enmarca también en el proyecto Tecum, desarrollado por la Comisión Europea para combatir el tráfico ilegal de residuos, en el marco del cual el Seprona de la Guardia Civil interviene activamente. De hecho, los más de dos años de trabajos, a los que hay que sumar sendas conferencias internacionales, se concretaron en una operación con la participación de 23 países (todos del continente europeo), junto con las organizaciones internacionales Interpol y Eurojust, todo ello coordinado por Europol.

El desarrollo de la actividad económica y el estilo de vida actual, conlleva un elevado consumo de recursos y por tanto la generación de gran cantidad de residuos, alguno de los cuales, por su peligrosidad, conlleva afecciones graves a las personas y el entorno. La Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, en la que se reformaban distintos aspectos del Código Penal, introducía modificaciones sustanciales en relación con los Delitos Contra los Recursos Naturales y Medio ambiente, tipificando la importación de “cantidad no desdeñable de residuos”, con el objeto de recoger la normativa de la Unión Europea en lo relativo a los traslados de residuos.

Los trabajos de este proyecto, en lo que respecta a España, concluyeron que nuestro país se había convertido en receptor de importantes cantidades de residuos, manteniendo un cifra de exportaciones insignificante, "lo que supone asumir un riesgo elevado para el equilibrio de nuestros ecosistemas e incluso la salud pública". "La organización, regulación y control del traslado de este tipo de residuos no hace otra cosa que mejorar, proteger y preservar el medio ambiente y la salud humana", concluye el texto.

2018-10-31

  • Imagen: Seprona
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