La Fundación Oceanogràfic ha soltado esta mañana diez ejemplares de galápago europeo (Emys orbicularis) en el Tancat de Milia de Sollana, en el Parque Natural de la Albufera, con el fin de repoblar el humedal valenciano y reforzar el número de esta especie autóctona de galápago, según informa la entidad en una nota de prensa.
Los quelonios, nacidos en la piscifactoría de El Palmar, el Centro Experimental de Cultivo de Peces de la Consejería de Agricultura y Transición Ecológica, han sido criados y engordados en la nacedora y el lago de nenúfares del ARCA del Mar de la Fundación Oceanogràfic, dentro del programa de reproducción e introducción de las Emys que impulsa la citada Consejería.
han sido criados en la nacedora y el lago de nenúfares del Oceanogràfic.
Tras un año de preparación, los jóvenes galápagos están listos para sobrevivir en el medio natural, donde han sido depositados.
Previamente, y ya que la suelta se ha realizado en una acto divulgativo en el que ha participado alumnos del CEIP López Marco de Sollana, el alcalde de la localidad, Vicent Codoñer, y el concejal Paco Felip, regidor de Medio Ambiente, el que el equipo de Educación del Oceanogràfic, gestionado por Avanqua, del grupo Global Omnium, ha impartido una sesión práctica a los estudiantes presentes, en la que se ha explicado cómo identificar a los galápagos autóctonos valencianos (galápago europeo y galápago leproso) y cómo diferenciarlos de otras especies invasoras como los galápagos de florida, del género Trachemys, Pseudemys o Graptemys.
El alumnado ha recibido unas fichas en las que han ido anotando las características -peso y medida- de los diez animales. Posteriormente, los niños y niñas han decidido ponerles los siguientes nombres a las tortugas: Juanlu, Memin, Emilia, Rebelde, Solar, Palmera, Pitufina, Kasia, Regordeta, Minipalmin, Roberto, Tortu y Caparazón. Finalmente, se ha procedido a la suelta de los galápagos, que ha consistido en depositarlos en una “playa” de tierra y cañas preparada por el personal del Tancat de Milia. Por grupos, los escolares se han despedido pronunciando el nombre de cada galápago, que, de forma instintiva, se han dirigido al agua.
Las tortugas galápago llevan incorporado un microchip, como los empleados en los perros domésticos, para que, cuando sean encontradas de nuevo, el personal del Tancat de Milia pueda identificarlas y conocer cómo han evolucionado. Este sistema permite identificar a los ejemplares posteriormente, como ha ocurrido con nueve de las diez tortugas soltadas en 2017 en la misma zona.
La zona elegida para la reintroducción de estos ejemplares es el humedal del Tancat de Milia, ubicado en el Parc Natural de la Albufera, un espacio construido por Acuamed y gestionado por la empresa Pavagua Ambiental, con el objetivo de transformar arrozales tradicionales en infraestructuras sostenibles. Desde 2014, los trabajos de mantenimiento y vigilancia de los filtros verdes han permitido la mejora de la calidad de las aguas y con ello, el aumento de la biodiversidad de este espacio natural.
2019-10-15