Una novedosa técnica puede datar la edad en delfines mulares, los más comunes y estudiados de las más de 30 especies conocidas, a través de su aleta pectoral con un procedimiento menos invasivo para los animales y también más fiable que el usado hasta ahora, según informa la Fundación Oceanogràfic, entidad que ha desarrollado esta técnica en colaboración con la National Marine Mammal Foundation(EEUU).

Para esta datación, tan sólo se necesita radiografiar su aleta pectoral, una de las dos que tiene en el tórax, a modo de mano. “De momento, la herramienta sólo está validada para delfines en los que ya conocemos la edad a ciencia cierta por haber nacido en acuarios, aunque ya estamos en el proceso de extrapolarlo a poblaciones que viven en el medio natural”, explica Daniel García-Párraga, científico de la Fundación y líder del estudio.

La fórmula para estimar la edad se basa en el hecho de que algunos de los huesos de las aletas de los mamíferos marinos tienen zonas de crecimiento en cada extremo, que permiten su elongación longitudinal con el tiempo. Éstas se pueden diferenciar fácilmente en una radiografía por su morfología y grado de calcificación. La evolución de estas regiones en los diferentes huesos de la aleta, así como la aparición de determinados cambios degenerativos, se relacionó con la edad y el alcance o no de la madurez sexual de los individuos.

Al contrario de lo que sucede en otras especies como la humana, no es evidente deducir la edad de los cetáceos simplemente por su aspecto. Hasta ahora, la técnica más extendida para averiguarlo requería la extracción de dientes del animal. Algo no sólo traumático sino que en delfines mulares (Tursiops truncatus) daba datos imprecisos en individuos con más de 13 años, cuando pueden alcanzar edades por encima de los 40. El nuevo procedimiento exhibe una mayor precisión aun en individuos de avanzada edad.

Conocer con exactitud los años de los individuos de una población silvestre es fundamental en su conservación para interpretar correctamente los datos biológicos, epidemiológicos y poblacionales observados, incluyendo los resultados de las necropsias, el estado reproductivo y su demografía”, subraya García-Párraga. Se trata también de una herramienta de diagnóstico muy interesante para detectar alteraciones en el desarrollo normal del crecimiento en delfines.

García- Párraga destaca la relevancia que para este estudio y su posterior aplicación tiene el vínculo de los cuidadores con los delfines del Oceanogràfic, ya que la colaboración voluntaria de estos animales permite la accesibilidad necesaria para obtener con rigor los datos.

El estudio, que ha sido publicado en la revista PLOS ONE, utiliza las imágenes óseas de los animales del Oceanogràfic y de otros centros distribuidos por todo el mundo para elaborar una especie de atlas de radiografías de aletas asociadas a una edad. “La información aportada por nuestros delfines, de los que se conoce con exactitud cuántos años tienen, ha sido determinante para establecer la correlación entre edad y desarrollo”, cuenta el investigador. El siguiente paso es validar esta herramienta en poblaciones silvestres muy estudiadas a lo largo de los años en las que se conozcan también con bastante precisión las edades de sus individuos.

2019-10-28

  • Se está elaborando una especie de atlas de radiografías de aletas asociadas a una edad. Imagen: Fundación Oceanogràfic
    Se está elaborando una especie de atlas de radiografías de aletas asociadas a una edad. Imagen: Fundación Oceanogràfic.