Un total de 80 entidades y personalidades científicas y conservacionistas de toda España se han unido para constituir la Alianza Energía y Territorio (Aliente), que trata de evitar un desarrollo masivo y sobredimensionado de las renovables y vigilar sus impactos en el medio, y que surge "en respuesta al inicio de un proceso de transición energética basado en la tecnología a costa del territorio y la biodiversidad", según relata en una nota de prensa la Plataforma por la Conservación de las Aves Esteparias y sus Hábitats en Andalucía, una de las asociaciones adheridas.
La nueva plataforma, que se acaba de presentar el pasado día 3, advierte de que "urge un cambio de rumbo. Si no se planifica adecuadamente esta transición, si se mantiene el actual desarrollo masivo de las renovables sobredimensionado y centralizado, el impacto sobre la biodiversidad y el paisaje será irreversible".
Por ello, Aliente presenta, con el apoyo de más de 250 investigadores, un documento titulado 'Por una transición energética a las renovables que garantice la conservación de la biodiversidad', para reclamar 13 medidas que garanticen la conservación de la biodiversidad durante el desarrollo de la necesaria transición energética a las renovables.
Entre ellas, se pide a los Gobiernos central y autonómicos realizar una "adecuada planificación, con áreas de exclusión legalmente vinculantes para la instalación de energía renovable a gran escala, mejorar el proceso de evaluación ambiental para que sea independiente y efectivo y una catalogación de las especies afectadas acorde con su estado real de conservación".
En la misma línea, solicitan la paralización temporal de la autorización de nuevas industrias eólicas y fotovoltaicas hasta que se diseñe el plan de áreas de exclusión.
La lista continúa con la elaboración de los correspondientes Planes eólicos y fotovoltaicos a nivel autonómico con las obligadas restricciones de carácter vinculante y con su preceptiva Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), realizada por entidades independientes a las empresas promotoras.
Consideran, además, que "se deben autorizar exclusivamente 53 GW de los 129 GW con derecho de acceso para la conexión a REE para cumplir los objetivos de instalación de renovables (eólica y solar fotovoltaica) del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC)".
Contemplan asimismo una ampliación de la Red Natura 2000 en virtud de la Estrategia de Biodiversidad 2020-2030 de la Unión Europea (UE), "asegurando que todas las aves (Directiva Aves), y otras especies y hábitats (Directiva Hábitats) tengan garantizada su protección frente al deterioro que sufren, ya sea por causas naturales y/o antrópicas".
Solicitan la aprobación urgente de los planes de conservación y gestión de especies en peligro y vulnerables; la catalogación de todas las especies que cumplan con los criterios para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas; y una mejora de los estudios de campo de los Estudios de Impacto Ambiental, así como de los trabajos de Vigilancia Ambiental posoperacionales acorde con el conocimiento científico más actualizado, y que deben estar sometidos a auditorías independientes y periódicas.
El establecimiento de medidas para evitar el fraccionamiento ilegal de proyectos y otras medidas, como la transparencia en los datos de mortalidad de aves y mamíferos de las industrias eólicas y fotovoltaicas, completan el listado.
En su carta de presentación recuerdan que han pasado dos décadas desde que comenzaran a instalarse complejos de energía renovable a gran escala en toda la Península, iniciando lo que más adelante se conocería como Transición Energética. "Durante este tiempo, se ha alcanzado un consenso científico que respalda y constata que una transición energética capaz de afrontar los retos de la crisis climática no puede consistir en una transición meramente tecnológica como la que está ocurriendo, en apariencia “verde” aunque carente de atención hacia el soporte sobre el que se instala dicha tecnología: el territorio. El modelo energético centralizado que se plantea satura los territorios con proyectos de renovables a gran escala y líneas de alta tensión, resultando devastador para el paisaje y la biodiversidad, al tiempo que genera en la sociedad un ideal de consumo ilimitado, mientras niega alternativas menos dañinas y menos consumistas".
La Alianza Energía y Territorio (Aliente), continúa el texto, propone una transición energética justa, basada en la generación renovable distribuida, el ahorro energético y el autoconsumo, una transición que ponga la defensa del territorio y su biodiversidad en el centro.
La nueva entidad apunta que sus miembros son "conscientes de la emergencia climática y del beneficio global que pueden suponer las energías renovables. Pero también lo somos de la crisis de biodiversidad que estamos provocando".
Esta alianza, que se sitúa "en torno a la sostenibilidad de la energía, atendiendo a sus implicaciones y afecciones en el territorio, y en la diversidad biológica y paisajística", se describe como ciudadana, participativa, transparente y democrática, y entre las entidades adheridas se encuentran, además de la citada al inicio, otras como la Asociación Española de Entomología, la Asociación Española para la Conservación y Estudio de los Murciélagos (Secemu), el Colegio Profesional de Licenciados y Graduados en Ciencias Ambientales de Andalucía, Ecologistas en Acción de varias provincias, la Sociedad española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (Secem), el Grupo de Ornitología e Historia Natural de las Islas Canarias (Gohnic), varias Fundaciones como Naturaleza y Hombre, Oxígeno y Global Nature, o la Asociación RedMontañas.
2021-02-05