El primer Repair Café celebrado esta semana en la ciudad de Murcia ha sido «todo un éxito», con una veintena de personas que respondieron a la llamada y que, a lo largo de las tres horas que duró el taller, arreglaron hasta cinco enseres domésticos gracias a la puesta en común de sus conocimientos y a un trabajo colaborativo. Así lo cuenta una animada Eva Cagigal, coordinadora del Centro Cultural de El Carmen, que acaba de acoger esta iniciativa respaldada por cerca de tres millares de locales en todo el mundo, y que ahora se estrena en la capital murciana.
Un microondas, un tostador, unas planchas de pelo, un exprimidor eléctrico para hacer zumos y un temporizador fueron los primeros objetos recuperados. Pero aunque el local cuenta con dos voluntarios que asesoran con su experiencia y echan una mano, «esto no es para que la gente traiga aquí sus cosas y que te las arreglen, es una actividad de participación», aclaran meridianamente desde el Centro Cultural. Los voluntarios, Antonio y Juan Carlos, que saben algo más de estas materias, aportan unas herramientas habitualmente más especializadas que las que llevan los propios usuarios, como medidores para ver si el enchufe funciona o no, o es la batería, y similares. Pero ellos «solo ayudan y tienen la generosidad de compartir sus herramientas y sus conocimientos», concluye la técnica. Y así, poco a poco, se va aprendiendo a arreglar las propias pertenencias.
Y es que la actividad se dirige a las personas que apuestan por «acabar con la cultura de usar y tirar, por el reciclaje, por poder ser más autónomos arreglando sus cosas y poder darles una segunda vida», dice Cagigal. A la primera cita acudieron interesados de todas las edades, mayoritariamente mujeres, algunas mayores y otras rondando los 40 años; una pareja con dos niños pequeños, o una adolescente –animada por su madre aunque luego ésta se marchara–, que acarrearon objetos variados, como una luz de bicicleta, unas gafas, un bol de cocina al que se le había roto el asa, o un teclado. Fueron elementos que no se pudieron arreglar en las instalaciones, pero para los que hallaron la solución; si bien en algún caso se precisó pasar por la ferretería más próxima para comprar una pieza indispensable, con lo que este tipo de actividades puede también dinamizar el comercio local.
«Hay que contar con el sentido común para decidir qué objetos traer, pero está claro que es absurdo que te presentes aquí con un frigorífico», deja caer la coordinadora. Por lo demás, muebles, lámparas, juguetes, ropa... prácticamente todo tiene cabida. Ella se estrenó con su tostador averiado. Lo primero fue desmontarlo «fijándote muy bien cómo lo haces porque luego tienes que volver a montarlo», advierte. Después fue escudriñando el interior con la linternita hasta observar que se había desencajado la anilla. «Me ayudaron a encajarla bien y yo lo monté otra vez. Porque esto lo haces tú», insiste.
El apelativo de 'Café' sirve un poco para recordar su carácter afable y colaborativo: el usuario termina de arreglar su objeto y luego puede rondar por la sala y acercarse a otros participantes a ver si les puede echar una mano, o prestar una aguja especial porque se te da bien la costura, o puede aprender o simplemente conversar, todo ello mientras se toma una bebida que puede preparase en la misma sala. Con este fin, se ha dispuesto un rinconcito con un hervidor de agua para preparar café soluble, tés e infusiones.
El espacio consiste en un aula diáfana y versátil que se usa también para otras actividades diversas. Cuenta con algunos puntos de agua y de luz para poder utilizar las herramientas, y varias sillas y mesas donde acomodarse, y acogió sin problemas el goteo de asistentes a la sesión.
Asistencia sin inscripción
Desde el Centro Cultural detallan que para acudir no hace falta ningún tipo de inscripción. De momento, la afluencia de gente no hace necesaria una lista de preinscritos, «pero como es una prueba piloto, ya iremos viendo cómo funciona o si se hace necesario convocar dos Repair Café al mes», avanzan.
La coordinadora recuerda que en Murcia hay iniciativas similares pero no bajo el nombre de Repair Café. «El tema de reciclaje me interesaba desde antes, pero cuando me enteré de que había una red que lleva funcionando desde 2007, que nació en los Países Bajos y que ya llegan a casi 3.000 puntos en todo el planeta, me pareció muy interesante porque te sumas a un movimiento y haces fuerza. Cuando hay mucha gente que tiene la misma inquietud, la misma preocupación, el mismo objetivo, es más fácil que nos comuniquemos perteneciendo a una red como Repair Café que haciéndolo cada uno por su cuenta. Esto me parece súper importante».
Y con esta idea ha nacido el primer Repair Café de la ciudad, «que a mí me encantó. Mi filosofía es el reciclaje y la sostenibilidad, y me pareció además muy emocionante poder arreglar las cosas. De hecho, nos emocionamos todos no solo por arreglar lo tuyo, sino también por lo que alguien había traído. Para mí los objetos tienen un valor en cuanto que utilizamos unas materias primas para producirlos, y cuando tú no quieres tirar ese objeto ni comprar otro, y ves que lo vas a conseguir es un momento especial. Es muy emocionante arreglarlo con tus propias manos. Para mí, ahora mi tostador tiene todavía más valor, un valor que no es monetario, ha adquirido un valor personal: lo he arreglado yo», sentencia Eva Cagigal.
Y para recordar que así ha sido, el tostador, de nuevo útil, lleva ya su pegatina identificativa de que se ha arreglado en un Repair Café. Algo que, gracias a esta iniciativa, puede ocurrir cada primer lunes de mes, de 18:00 a 21:00 h, en el Centro Cultural El Carmen, situado en Alameda de Capuchinos, 32 del barrio del Carmen. Solo hace falta tu objeto deteriorado, tus herramientas –las que puedas–, algo de paciencia y muchas ganas de colaborar por la 'alargascencia'.
NOTA: Próximos REPAIR CAFE: 6 de noviembre / 4 de diciembre / 8 de enero / 5 de febrero / 4 de marzo / 8 de abril / 6 de mayo / 3 de junio.
Mónica Rubio. Periodista y Bióloga
2023-10-05