El análisis toxicológico de un buitre negro que ingresó en el Hospital de Fauna Salvaje del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) a mediados del pasado noviembre ha confirmado que este ejemplar murió al ingerir un cebo envenenado con carbofurano, según informa la entidad en una nota de prensa.
El animal fue encontrado aún con vida en el término municipal de El Álamo, al sur de la Comunidad de Madrid. La colaboración y el buen hacer de los agentes forestales de la zona permitieron el rápido traslado del buitre negro para su tratamiento urgente a las instalaciones de Grefa en Majadahonda (Madrid). Pero lamentablemente el animal murió antes de que pudiera ser atendido por el equipo veterinario.
En la necropsia realizada en este mismo hospital de fauna se encontraron pelos y huesos de otro animal en el aparato digestivo, así como unos gránulos idénticos a algunos productos utilizados para intoxicar a la fauna. El equipo veterinario de Grefa determinó de manera provisional, a la espera de un examen toxicológico posterior, que se trataba de un caso intencionado de uso de cebos envenenados.
Ahora, este diagnóstico acaba de ser confirmado por el análisis toxicológico realizado en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), con sede en Ciudad Real. Sus resultados han detectado carbofurano en dosis letales en las muestras analizadas de este buitre negro. El carbofurano es un plaguicida para uso agrícola altamente tóxico cuya comercialización está prohibida en España y en la Unión Europea desde hace más de diez años. En los últimos años se ha convertido en uno de los tóxicos más utilizados, de manera totalmente ilegal, por los envenenadores de fauna salvaje, en un uso delictivo que pretende, entre otros objetivos, la erradicación de animales que depredan sobre la fauna cinegética.
El IREC es una entidad científica impulsada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Castilla-La Mancha y la Junta de Castilla-La Mancha, que dispone de uno de los laboratorios más importantes especializados en ecotoxicología de fauna salvaje.
"Este caso es muy preocupante porque confirma que el uso de veneno en el medio natural sigue siendo una de las prácticas ilegales más destructivas para la biodiversidad en la Comunidad de Madrid y porque ha tenido como víctima una especie como el buitre negro, catalogada como amenazada en España", alerta Ernesto Álvarez, presidente de Grefa.
La muerte de buitres negros tras ingerir productos tóxicos usados ilegalmente para envenenar a la fauna o incluso depositados en vertederos de residuos están hipotecando todo el trabajo de décadas dedicado a recuperar al buitre negro realizado por organizaciones como Grefa a través de su Proyecto Monachus. "Ya va siendo hora de que la Comunidad de Madrid se sume también al creciente número de comunidades autónomas que están apoyando a quienes intentamos recuperar al buitre negro, implicándose más en la erradicación del veneno en el campo y facilitando las acciones que desarrollamos en favor de esta especie emblemática y amenazada", reclama Álvarez.
Grefa es una de las ONG fundadoras del Programa Antídoto, una alianza de asociaciones ecologistas y conservacionistas que nació en 1997 con el fin de eliminar de nuestros campos el uso de venenos y tóxicos que afectan a la fauna silvestre.
Desde su creación en 1981, esta ONG ha atendido a más de 60.000 animales en su Hospital de Fauna Salvaje, considerado el más grande y de más actividad de Europa en su especialidad
2019-12-30