Un nuevo estudio de un equipo internacional revela que los bosques nublados tropicales "supuestamente vírgenes" de los Andes ecuatorianos poseen una larga historia de explotación humana y sufrieron una gran deforestación por la agricultura practicada por los nativos antes de la llegada de los colonizadores europeos, según informa en una nota de prensa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha participado en el trabajo.

El estudio ha llegado a la conclusión de que los pueblos indígenas cultivaban y gestionaban la tierra de forma intensiva. Este uso "provocó una deforestación mucho mayor que la derivada de la actividad ganadera que se empezó a realizar en la zona a partir de la segunda mitad del siglo XX". Después, “el bosque nublado tardó unos 130 años en recuperarse y volver de nuevo a una forma y estructura equivalente a la de los bosques previos a la llegada del hombre al continente”, dice Nicholas Loughlin, primer autor de este estudio que forma parte de su tesis de doctoral.

Los investigadores extrajeron y averiguaron la edad de los sedimentos del fondo del lago Huila. A través del análisis del polen fósil preservado en los sedimentos, pudieron reconstruir las características del paisaje existente así como las prácticas humanas que se desarrollaron en la zona durante los últimos 1.000 años. Según estos registros lacustres, el uso intensivo de la tierra acabó de forma abrupta hacia 1588 a consecuencia del diezmo masivo de los pueblos indígenas como resultado de la invasión europea.

“Los exploradores que en el siglo XIX describieron una “naturaleza prístina” estaban, sin saberlo, observando en realidad un bosque secundario que estaba influenciado por siglos de actividad humana, una zona que había sido intensamente cultivada y deforestada por las poblaciones indígenas a lo largo de cientos de años. Fue el subsiguiente abandono de la zona como consecuencia de la invasión europea lo que propició una recuperación ecológica que se desconocía”, explica Encarni Montoya, paleoecóloga del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, del CSIC, y directora de la tesis de Loughlin.

La investigación ofrece también un punto de vista único sobre la cultura de las poblaciones indígenas de las Américas. “Nuestro estudio está centrado únicamente en el Valle de Quijos. Una cuestión que todavía permanece es cómo de característica es esta región para la zona de los Andes. Para responder a esta incógnita, queremos ampliar el alcance de nuestras investigaciones a lo largo de los bosques nublados de los Andes ecuatorianos orientales”, explica Loughlin, de la Open University del Reino Unido.

“En este trabajo, reconstruimos los últimos 1.000 años de impacto humano sobre los bosques nublados del Valle de Quijos de Ecuador, una ruta comercial vital entre el Imperio Inca y los pueblos indígenas de la región amazónica. El valle lo utilizaron también las expediciones españolas a partir de 1538 para adentrarse en el Amazonas en busca del oro, la plata y la canela. A pesar de su importancia histórica, apenas existen trabajos de este tipo en la zona”, añade Montoya.

Los bosques nublados -también llamados bosques nubosos o bosque tropical húmedo- de los Andes son uno de los entornos más biodiversos y amenazados de la Tierra. “Si queremos conservar y restaurar estos bosques, es esencial conocer cómo funcionan y entender su historia, y pare eso nos tenemos que remontar a varios milenios atrás”, explica la científica.

La investigación, que ha sido liderada por Loughling y ha contado con la colaboración de científicos de la Universidad de Ámsterdam y del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional de Ecuador, ha sido publicada en la revista Nature Ecology & Evolution, y arroja nueva luz sobre la capacidad de recuperación de ecosistemas altamente biodiversos después de sufrir una modificación humana prolongada.

2018-07-17

  • Bosque nublado del Valle de Quijos, en Ecuador. Foto: Nicholas Loughlin / CSIC
    Bosque nublado del Valle de Quijos, en Ecuador. Foto: Nicholas Loughlin / CSIC.