Un equipo liderado por investigadores del Real Jardín Botánico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) llegará a los salares de la región andina de Bolivia, Chile y Argentina para estudiar los myxomycetes, amebas gigantes comúnmente conocidas como “hongos mucilaginosos” que, aparte de tener interés evolutivo por su posición en el árbol de la vida, captan la atención de los científicos por su capacidad de adaptarse a condiciones extremas, según informa la entidad investigadora.

La información disponible sobre estos microorganismos es escasa y muchas zonas están inexploradas. Este grupo está adaptado a ambientes extremadamente áridos, lo que se conoce como 'xerotolerancia'. Los recursos hídricos para su supervivencia los consiguen a través de los microclimas que generan plantas como las cactáceas, las plantas almohadilladas o las gramíneas cespitosas en descomposición.

Los myxomycetes son organismos microscópicos, fagotróficos (obtienen los nutrientes por ingestión de organismos enteros o partes sólidas de ellos), bacterívoros, no patógenos, que contribuyen a descomponer los restos vegetales. Poseen un ciclo de vida con formas tróficas ameboides móviles, y una fase reproductora estática, por esporas, y se consideran como uno de los últiples intentos de la evolución para alcanzar la multicelularidad.

El proyecto Myxotropic (financiado por el Plan Nacional de I+D+i) pretende identificar las especies de myxomycetes que viven en zonas áridas de la región tropical del continente americano y profundizar en el papel que juegan estos microorganismos en sus ecosistemas. Por ello, durante los próximos tres años, los investigadores estudiarán los myxomycetes y los arcellinida (otro grupo de amebas que se protegen con caparazones) de los salares de los Andes tropicales, una zona de la región neotropical considerada “un punto caliente de biodiversidad del planeta”.

Los salares andinos que van a investigar los científicos ocupan una extensión de más de 30.000 kilómetros cuadrados. Se localizan en valles y depresiones por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Se caracterizan por la alta radiación solar que reciben y sus elevadas concentraciones de sales. Pese a estas condiciones extremas, albergan una fauna y flora exclusiva y bien adaptada que, en el caso de myxomycetes y arcellinida, eslo que se aspira a desvelar. “El proyecto pretende realizar un estudio taxonómico de los distintos grupos implicados, analizar aspectos biogeográficos, como los patrones de distribución en las especies o el papel que los Andes ejercen en el aislamiento y diferenciación de especies, y conocer, de forma más precisa, los requerimientos ecológicos de estos organismos en estos ambientes extremos”, señala Carlos Lado, director del proyecto junto a Enrique Lara, ambos investigadores del CSIC.

“Los resultados -avanza Lado- van a permitir completar y comparar la mixobiota de ambientes áridos del continente americano y comprobar la asociación de estas especies con las plantas de cada territorio".

Junto al equipo de científicos del CSIC que desarrolla su labor en el Real Jardín Botánico, en esta nueva fase colaborarán investigadores procedentes de varias instituciones, la mayoría internacionales, como la Universidad Autónoma de Madrid; la Universidad de Arkansas (Estados Unidos); el Institute of Botany de la Polish Academy of Sciences (Polonia); la Universidad de Tlaxcala (México); la Universidad de Costa Rica (Costa Rica); la Universidad Bernardo O’Higgins (Chile), y la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (Perú).

Algunos de los territorios ya estudiados en el marco del proyecto son: el desierto de Chihuahua en México, el desierto de Monte en Argentina, el de Atacama en Chile, la Patagonia argentina, el desierto costero de Perú, los valles secos interandinos y el altiplano andino. Además, ha aportado a la biodiversidad mundial el descubrimiento de más de 30 nuevas especies.

En 2014, el equipo de investigadores de Myxotropic halló en el macizo de Huascarán, en Perú, especies de myxomycetes capaces de sobrevivir en condiciones climáticas extremas, por encima de los 5.000 metros de altura, cuyo papel ecológico es crucial a esa altitud.

Ahora, además, señala Lado, “el proyecto creará una colección de referencia en el Herbario del Real Jardín Botánico y su información se incorporará a las redes internacionales sobre biodiversidad, a través del nodo español del organismo internacional Global Biodiversity Information Facility (GBIF por sus siglas en inglés)”.

2019-07-04

  • Un tipo de amebas gigantes andinas, 'Physarina alboscabra'. Imagen: Carlos de Mier / CSIC
    Un tipo de amebas gigantes andinas, 'Physarina alboscabra'. Imagen: Carlos de Mier / CSIC.