La temporada de cría en los centros donde se desarrolla el Programa de Cría en Cautividad del lince ibérico ha terminado con un resultado positivo de 39 nuevos cachorros, según informa el Ministerio para la Transición Ecológica en una nota de prensa. Esta cifra responde a los ejemplares que han sobrevivido al destete, de los 49 nacidos en esta temporada reproductora.

El porcentaje de supervivencia de los cachorros ha sido del 80%, cifra superior al promedio de supervivencia de estos 14 años de programa que es del 75%. Además en estos momentos ya han superado todas las camadas el periodo agonístico que sufren alrededor de la séptima semana de vida, otro momento crítico para la supervivencia de los cachorros.

En la presente temporada de cría se han emparejado 23 hembras reproductoras, al igual que en los años 2016 y 2017, buscando un equilibrio entre obtener el mayor número de cachorros posible y asegurar una buena calidad en la preparación de los que vayan a ser liberados en el medio natural.

Entre los ejemplares emparejados, hay que destacar que era el primer año reproductor para cinco hembras, llegando a copular todas ellas. La probabilidad de que las hembras primerizas saquen una camada adelante es bastante baja, como hemos visto en temporadas anteriores, pero este año ha sido inusualmente bueno y cuatro de ellas (Madroña, Junquinha, Juncia y Kaida) han conseguido tener descendencia, cuidando todas ellas perfectamente de sus cachorros. Solo Macadamia, en el centro de cría de El Acebuche, no ha tenido éxito en su primer intento reproductor, no llevando a término el embarazo al producirse el aborto de dos cachorros a los 52 días de gestación.

Otro caso es el de Elipse, en el centro de La Olivilla (Jaén), ejemplar procedente de la población silvestre que entró el año pasado a formar parte del stock reproductor como ejemplar fundador debido a su valía genética. Aunque su adaptación ha sido muy buena, mostrando un buen comportamiento y copulando con el macho Fausto, finalmente no quedó gestante. No se descarta que pueda tener éxito en campañas venideras, siendo su reproducción un objetivo primordial para el año que viene.

Por otro lado, habría que sumar otra hembra que, aunque no es primeriza, todavía no había sacado una camada adelante, como es el caso de Kolia, del centro de Zarza de Granadilla, que parió el año pasado un solo cachorro que nació muy débil y murió a los pocos minutos de nacer. Este año ha tenido 3 cachorros, a los que está atendiendo perfectamente.

Longevidad reproductora

Es destacable que en el caso de las hembras mayores, este año se han emparejado tres con más de 13 años (Aliaga, Artemisa y Brisa), habiendo copulado todas, por lo que siguen aportando información muy valiosa para la gestión del programa de cría sobre la longevidad reproductora de esta especie.

En cuanto a la epilepsia idiopática juvenil, uno de los principales retos de gestión del programa de cría, hay que destacar que hasta el momento ningún cachorro ha manifestado síntomas de la enfermedad. Por recomendación del grupo asesor de aspectos genéticos y demográficos los ejemplares que padecen esta enfermedad no se reproducen. También se evita cruzar entre sí parentales con descendientes epilépticos, habiéndose logrado disminuir la prevalencia de la enfermedad en los últimos años.

Por último, dentro de los pasos que se siguen dando para continuar avanzando en el conocimiento de la especie y ayudar así a su conservación, este año se ha vuelto a intentar en el centro de cría de Silves (Portugal) la inseminación artificial en una hembra de lince ibérico. Este segundo intento tampoco ha tenido éxito, por lo que se seguirá trabajando en esta línea en futuras temporadas con el objetivo de poner a punto la técnica.

2018-07-21