Un estudio con más de un centenar de ejemplares de cerceta paradilla marcados con dispositivos de localización GPS ha revelado la singular migración de esta especie a través del Mediterráneo, según informa en una nota de prensa la Universidad Miguel Hernández de Elche, cuyos investigadores han liderado este trabajo. "Más que seguir un patrón común, se observa una amplia variabilidad a nivel individual en los movimientos que realizan, con recorridos casi únicos para cada ejemplar", relata al respecto Irene Pacheco, investigadora del Centro de Investigación Agroalimentaria CIAGRO-UMH.
El nuevo estudio ha descrito por primera vez los movimientos de larga distancia de la cerceta pardilla y evalúa los factores que impulsan a las aves a cruzar hacia el continente africano. Para ello, desde el año 2018 investigadores de la UMH, junto con técnicos de la Generalitat Valenciana y de la Junta de Andalucía, han marcado más de un centenar de ejemplares con dispositivos de localización GPS que enviaban la información a través de la red de telefonía móvil.
"A pesar del gran esfuerzo de seguimiento, sólo pudimos registrar 18 aves que cruzaron el Mediterráneo, lo que da una idea de las múltiples presiones que sufre la especie y que limitan su supervivencia”, explica Pacheco, principal autora del trabajo. El estudio reveló un marcado contraste entre los dos núcleos principales de un programa de cría en cautividad marco de este análisis: las marismas del Guadalquivir y los humedales del sureste de Alicante. Así, en el Guadalquivir los individuos se desplazaron preferentemente en primavera, mientras que en Alicante lo hicieron en otoño, después de la época reproductora.
Según Pacheco, esto indica que, en la cerceta pardilla, los desplazamientos no siguen los patrones migratorios clásicos de reproducción en el norte e invernada en el sur que se observan en la mayoría de aves migratorias. Por lo tanto, más que seguir un patrón común, se observa una amplia variabilidad a nivel individual en los movimientos que realizan, con recorridos casi únicos para cada ejemplar.
Así, algunos regresaron a la Península a los pocos días de cruzar, otros recorrieron gran parte de Argelia y Marruecos, de humedal en humedal, e incluso algunos individuos se asentaron en zonas húmedas aisladas en pleno desierto del Sahara. “Este comportamiento y el propio movimiento parecen responder a cómo la especie percibe y se adapta a las condiciones de su hábitat óptimo, los humedales temporales. De hecho, este comportamiento se asemeja al de aves consideradas nómadas”, explica la investigadora.
Influencia de la cría en cautividad
Asimismo, observaron un sesgo relacionado con la procedencia: los ejemplares de origen silvestre realizaron más cruces que aquellos criados en cautividad. Según la investigadora de la UMH, esto apunta a que los programas de cría estarían influyendo en la capacidad de respuesta a cambios en el entorno debido a las distintas condiciones de desarrollo.
En el caso de la cerceta pardilla, los ejemplares criados en cautividad pueden aprender por imitación al interactuar con congéneres de origen salvaje. De hecho, en el estudio se registró cómo un ejemplar salvaje y un ejemplar criado en cautividad cruzaban de forma simultánea. “Esto refuerza la idea de que el contacto con sus congéneres silvestres podría mejorar su capacidad de respuesta a los cambios en el hábitat y reforzar la eficacia de los programas de reintroducción”, concluye Pacheco.
En Peligro Crítico
Durante el siglo pasado, la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) fue una de las anátidas más abundantes en los humedales de la península Ibérica. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, inició un declive poblacional tan acusado que obligó a ser declarada como especie En Peligro Crítico de Extinción, la categoría más elevada de amenaza España, superior incluso a especies tan conocidas como el lince ibérico o el oso pardo.
Paradójicamente, y pese a estar en peligro crítico, sigue siendo una de las especies menos conocidas de nuestras aves acuáticas. Desvelar cómo se mueve y cómo se conecta con el norte de África es hoy fundamental para saber si las acciones de conservación que se aplican están dando resultados o necesitan ser revisadas, recalca el texto.
Este estudio ha contado con la financiación de la Generalitat Valenciana, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la Fundación Biodiversidad, así como del proyecto LIFE Cerceta Pardilla y fondos FEADER a la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía.
Estudios centrados en su ecología, como éste, aportan información clave que puede implementarse en el futuro en medidas de conservación transfronterizas más eficaces, ya que permiten identificar áreas críticas para la especie, comprender mejor las amenazas que enfrentan tanto en la península como en África, y planificar estrategias que tengan un impacto directo en la dinámica poblacional de la especie.
El trabajo ha sido publicado en la revista internacional Ibis con el título de 'Wetland location and captive breeding influence trans‐Mediterranean movements in the endangered Marbled Duck (Marmaronetta angustirostris)', y está firmado por Pacheco‐Guardiola, I., Pérez‐García, J. M., Aldeguer, Ó., Ferrández, M., de le Court, C., Gómez, J. A., y Botella, F.