La laguna de Santa Olalla, la laguna permanente más grande de Doñana y la última que ha mantenido agua en agosto, ha terminado por secarse, según informan en una nota de prensa desde la Delegación del CSIC en Andalucía. En estos días ha quedado reducida a un pequeño charco en el centro, donde ya no acuden las aves acuáticas. Esta es la tercera vez que ocurre desde que la Estación Biológica de Doñana – CSIC comenzó a registrar datos sobre el espacio natural en los años 70 del siglo pasado.

Doñana históricamente ha sido un refugio para la fauna. Cuenta con un importante sistema de lagunas, de las que solo unas pocas se mantienen con agua todo el verano, ofreciendo refugio a las primeras aves limícolas que migran al sur tras criar en el norte de Europa, y además constituyen los hábitats de un buen número de especies de flora y fauna estrictamente acuáticas. Además, en verano los arrozales también ofrecen un importante refugio. “Pero las cosas han cambiado. A Doñana ya no le quedan lagunas permanentes mientras que la superficie de arrozal plantado este año es una tercera parte de la normal debido a la falta de agua”, explica Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana-CSIC.

La sequía que está sufriendo Europa, especialmente intensa en la península Ibérica, está haciendo estragos en el espacio natural. Sin embargo, lo más preocupante es que esto viene de lejos, destaca la nota. “Hace ya años que no llueve de manera normal. Doñana lleva diez años consecutivos con niveles de precipitación inferiores a la media”, comenta Revilla. Las zonas húmedas y las especies que dependen de ellas, como las aves acuáticas, se ven especialmente afectadas y se ven obligadas a desplazarse en busca de las áreas que mantienen agua disponible en los momentos más duros del estiaje.

La laguna de Santa Olalla es la única que se mantenía con agua permanente de un rosario de grandes lagunas (las lagunas peridunares) que se forman a sotavento del impresionante cordón de dunas que separa la marisma del Océano Atlántico. Su origen está en las descargas de agua del acuífero de Doñana en esta zona, el cual genera una explosión de vida. Estos y otros valores naturales han hecho que Doñana tenga la consideración de Parque Nacional y Reserva de la Biosfera. Sin embargo, explica el texto, "la continua explotación del acuífero por parte de la agricultura intensiva y de las extracciones para consumo humano, también en los años tan secos como este, hace que no solo las lagunas temporales hayan desaparecido de Doñana, sino que también las permanentes estén amenazadas".

La sobreexplotación del acuífero, principal problema

Las lagunas peridunares se sabe que están afectadas principalmente por las captaciones de agua de la localidad de Matalascañas, que en verano aumenta su consumo de agua exponencialmente con la llegada de decenas de miles de turistas y que hace que la población pase de unos pocos miles de habitantes a unas cien mil personas. El efecto del consumo de agua por los turistas es tan intenso que los piezómetros -los sondeos que miden la profundidad a la que se encuentra el nivel de agua del acuífero-, detectan las diferencias entre los días de diario y los fines de semana, cuando el consumo es mucho mayor. Incluso identifican la diferencia entre el día y la noche, cuando la gente duerme y gasta menos agua.

“Esta es la tercera vez que la laguna de Santa Olalla se seca completamente desde que tenemos registros. Ocurrió también en 1983 y en 1995, en ambos casos coincidiendo también con períodos de sequía intensa”, explica Revilla. “Sabemos, por las veces que ha ocurrido con anterioridad, que no solo es la sequía la causa de que las lagunas permanentes de Doñana hayan desaparecido. La sobreexplotación del acuífero de Doñana es también responsable”. Un acuífero está sobreexplotado cuando de él se extrae más agua de la que recarga cuando llueve, algo que lleva muchos años ocurriendo en Doñana.

La Infraestructura Científica Tecnológica y Singular – Reserva Biológica de Doñana, dependiente de la Estación Biológica de Doñana CSIC, ha instalado una cámara de seguimiento en la laguna para ver su evolución en los próximos días. El 31 de agosto Santa Olalla estaba seca, agostada y cuarteada, reducida a un minúsculo charco de agua y fango. Sorprendentemente, el día 1 de septiembre, después de que mucha gente ha vuelto ya a sus casas, se observa que vuelven a brotar algunos veneros y surgencias de las que se nutre la mayor laguna permanente de Doñana.

Ante esta grave situación en la que se encuentra la laguna de Santa Olalla, el director de la Estación Biológica de Doñana – CSIC pide que se aceleren las medidas para eliminar las captaciones de aguas subterráneas de Matalascañas, y que, mientras tanto, se impongan restricciones al uso del agua en la urbanización, al menos en años en los que las lagunas se encuentran en situaciones tan extremas como este. “No puede ser que mientras se sigue regando el césped en Matalascañas, las lagunas de Doñana se sequen completamente”, concluye.

WWF exige a las administraciones que reaccionen

Tras la información de la EBD, técnicos de WWF han visitado la Reserva Biológica de Doñana, donde se encuentran las lagunas permanentes más importantes, y han podido comprobar de primera mano que las mismas se encuentran totalmente secas, informa la organización en una nota de prensa. Santa Olalla, la última en secarse, solo cuenta con un pequeño charco al cual ya no acuden las aves y probablemente tampoco albergue peces o anfibios debido a su reducido tamaño. Otras lagunas temporales como el Charco del Toro o el Taraje prácticamente se pueden considerar desaparecidas y están invadidas de vegetación, lo que hace más difícil su recuperación funcional.

La sequía de este año es una de las causas de esta situación, pero no es la única y, es posible, que no sea la más relevante, apunta el texto. Según las investigaciones de la EBD, la más determinante es el pésimo estado del acuífero de Doñana en esta zona, que confirman los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). En su informe anual sobre la situación del acuífero aparece el sector de las lagunas por primera vez con tendencia negativa estadísticamente significativa y califica su estado de “alerta”.

El principal causante del mal estado del acuífero en esta zona, según indica la EBD, es la extracción de agua para suministro doméstico, riego de jardines o piscinas en la urbanización de Matalascañas, situada a unos 4 kilómetros de Santa Olalla. Este núcleo urbano pasa de unos 2.000 habitantes a más de 160.000 con picos de hasta 300.000 según datos de la CHG. Esta causa no es nueva, ya en 1988, un informe encargado por WWF internacional (conocido como el Informe Hollis) para conocer el estado de las aguas del Parque Nacional advertía de la posibilidad de que el nivel freático en la zona de las lagunas descendiera hasta hacerlas desaparecer si continuaban las extracciones para Matalascañas, como ha ocurrido en estas tres décadas.

A esta situación se suma que este año, según datos de la EBD, solo el 5% de la marisma se ha inundado, al tiempo que la continua sobreexplotación del acuífero y las aguas superficiales por la agricultura intensiva e industrial está afectando a zonas tan importantes como Entremuros o el Caño del Guadiamar.

Los efectos de que Doñana esté seca se han dejado sentir en las especies del Parque durante todo el año. Así, por ejemplo, durante la invernada se ha pasado de 470.000 aves acuáticas censadas el año pasado por la EBD a 87.500 este año. O los anfibios que registran un 20% menos de ejemplares respecto al año pasado en los muestreos realizados este invierno. Son datos alarmantes que no puede pasar por alto la Junta de Andalucía, competente en la gestión de esta área protegida.

Cierre inmediato de los pozos que abastecen Matalascañas

Para WWF, es más que urgente que las administraciones tomen de forma inmediata las medidas necesarias para proteger los valores ambientales de Doñana en riesgo de desaparecer. Entre ellas, para salvar de la extinción a las lagunas peridunares de Doñana, es necesario el cierre inmediato de los actuales pozos que abastecen Matalascañas y su sustitución por aguas superficiales. También la reubicación temporal de los pozos para alejarlos del Parque Nacional, la restricción inmediata de usos por parte del ayuntamiento de Almonte en la urbanización turística (llenado de piscinas, riego de césped, etc.) y el inicio de acciones de restauración en el área de las lagunas peridunares.

Además es necesario que el Miteco ponga en marcha por vía urgencia un plan de recuperación integral de Doñana 'Plan Doñana 2030' con base científica e implicación de todas las administraciones con competencia en el territorio y de la sociedad civil para salvar las marismas, las lagunas peridunares y demás ecosistemas y especies ligados al agua.

Para Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF, “es inadmisible que mientras se llenan cientos de piscinas con agua del acuífero en Matalascañas, el Parque Nacional de Doñana se haya secado del todo. La inacción de las administraciones para proteger uno de los humedales más importantes de Europa es inaceptable, máxime, cuando España ha sido condenada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea precisamente por este motivo y debe cumplir con la sentencia con carácter inmediato. Estamos ante uno de los peores momentos de la historia para Doñana y desde WWF no vamos a dejar de luchar donde sea necesario para salvar este espacio y que las administraciones cumplan con sus obligaciones de conservación del mismo”.

2022-09-06

  • Laguna Dulce de Doñana. Foto: WWF
    Laguna Dulce de Doñana. Foto: WWF.
  • Vista aérea de la laguna de Santa Olalla el 2 de septiembre. Banco de imágenes de EBD - CSIC
    Vista aérea de la laguna de Santa Olalla el 2 de septiembre. Banco de imágenes de EBD - CSIC.