La contaminación del aire urbano en España ha descendido un 55% durante la segunda quincena del mes de marzo, según informa en una nota de prensa la entidad conservacionista Ecologistas en Acción, que acaba de presentar un informe de elaboración propia que concluye que la reducción drástica del tráfico se está traduciendo en "una mejora sin precedentes de la calidad del aire", muy por debajo de los límites legales y las recomendaciones de la OMS, y a la que también ha contribuido la inestabilidad atmosférica de marzo. 

El trabajo, titulado ‘Efectos de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España’ analiza los datos oficiales de dióxido de nitrógeno (NO2) recogidos en 125 estaciones de medición, repartidas entre 24 ciudades del Estado español, entre las que se encuentra Murcia, durante el mes de marzo de 2020 y de los diez años anteriores. Presenta, por lo tanto, una foto fija de la calidad del aire urbano en el último mes, antes y después de la declaración del estado de alarma y las medidas de confinamiento.

En lo que respecta a la ciudad de Murcia, el valor medio de NO2 de la red urbana entre el 14 y el 31 de marzo de 2020 ha sido de 17 microgramos por metro cúbico (μg/m3), mientras el valor equivalente para el período 2010-2019 fue de 31 μg/m3, lo que supone una reducción del 47%. En el caso de la estación de tráfico más significativa, San Basilio, el valor medio de NO2 entre el 14 y el 31 de marzo de 2020 ha sido de 24 μg/m3, mientras en el período 2010-2019 fue de 40 μg/m3, suponiendo una reducción del 39%.

Entre las principales conclusiones de estge informe destaca que desde la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, se ha producido una reducción drástica de los niveles de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno (NO2) en las principales ciudades españolas, reducción que se ha cuantificado en un 55% de los niveles de contaminación habituales en estas fechas, durante la última década.

Asimismo, la mejora de la calidad del aire está siendo general, tanto en los centros de las ciudades como en las periferias urbanas, al igual que son generales las medidas de limitación de la circulación adoptadas. Si bien persiste una cierta diferencia entre la contaminación registrada, mayor en las estaciones orientadas al tráfico que en las de fondo urbano.

Los niveles de NO2 registrados durante el estado de alarma son los más bajos para la segunda quincena del mes de marzo de la última década, en todas las ciudades analizadas. Se mantienen además muy por debajo del valor límite y la guía anual de la OMS, cuando las estaciones de tráfico dicho umbral se supera frecuentemente, en el mes de marzo.

El texto señala que, territorialmente, se aprecia una menor reducción de la contaminación en las ciudades de la cornisa cantábrica, debida quizás a factores meteorológicos no identificados. En cambio, las ciudades del litoral mediterráneo son las que más han rebajado los niveles de NO2, hasta concentraciones en ocasiones propias de estaciones rurales de fondo.

Las precipitaciones y la inestabilidad atmosférica predominantes durante el mes de marzo también han contribuido de manera importante a mejorar la calidad general del aire.

El dióxido de nitrógeno (NO2) es el contaminante típico emitido por los tubos de escape de los automóviles (además de por las calderas industriales y domésticas), por lo que su evolución está directamente ligada a las emisiones del tráfico motorizado, siendo ésta su principal fuente en las ciudades y el principal factor que influye en la calidad del aire urbano. Este contaminante provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, por lo que su drástica reducción es una buena noticia, en el contexto de emergencia sanitaria actual.

Aunque no son objeto del informe, agregan que las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y el ozono también han disminuido de forma notable en la segunda quincena de marzo. La drástica reducción de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), principal contaminante precursor del ozono, puede haber contribuido a esta circunstancia, junto al tiempo inestable y lluvioso.

Para EEA, La crisis de la enfermedad COVID-19 "demuestra que la reducción estructural del tráfico motorizado y los cambios en las pautas de movilidad son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades. Sin olvidar que esto se ha producido en el marco de una situación extrema, en absoluto deseable, que está originando muertes y graves problemas a muchísimas personas".

la entidad concluye que esta dramática situación creada por la pandemia del coronavirus "viene a corroborar algo en lo que viene insistiendo Ecologistas en Acción y toda la comunidad científica: que la reducción del tráfico motorizado en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación, algo que a su vez supone una importante mejora de la salud pública. Una vez se salga de esta dura crisis, del confinamiento y las limitaciones a la circulación de las personas, esta constatación debería marcar las políticas de movilidad urbana, implantando zonas de bajas emisiones ambiciosas, recuperando el transporte público y potenciando la bicicleta y el tránsito peatonal, como medios de transporte alternativos al vehículo privado".

2020-04-02