La Comunidad Valenciana estaría actuando como un sumidero del águila perdicera en el este peninsular, según advierten la Asociación para la Defensa de la Naturaleza al Sur de Valencia (Adensva), en una nota de prensa en la que lamenta también la «falta de compromiso» del Gobierno valenciano con el medio ambiente.

El texto recuerda que esta misma semana, Adensva ha conocido la muerte de un ejemplar adulto en Oliva a consecuencia de la electrocución en una línea eléctrica propiedad de la empresa Iberdrola. La entidad ya denunció ante la Fiscalía los tendidos eléctricos de esta zona, donde han sido registradas más de 40 electrocuciones de varias especies de aves rapaces en los últimos años. La muerte de este águila perdicera, una de las especies de fauna valenciana más amenazadas por los tendidos eléctricos, se suma a otras conocidas recientemente en la provincia: un águila perdicera electrocutada en Utiel, otra muerta por colisión contra los cables de un tendido eléctrico en Cortes de Pallás y otra ahogada en una balsa de riego en Estivella. Y habría que sumar muchos otros ejemplares que a buen seguro habrán muerto sin que haya quedado registrado lo sucedido.

Agrega además, como ejemplo para ilustrar «la gravedad de la situación por la que pasa esta especie», el hecho de que entre 2015 y 2020, la Universidad de Valencia ha marcado en la Comunitat Valenciana una muestra de 51 águilas perdiceras para su radioseguimiento, de las que 21 ya han muerto por las causas relacionadas con el ser humano. «La muerte continua de ejemplares por causas no naturales está a punto de provocar su extinción en varias comarcas de las provincias de Castellón y Valencia», recalca el texto. A pesar de estas muertes, muchos territorios de la especie parecen estar manteniéndose debido a la llegada de ejemplares inmaduros dispersivos provenientes, principalmente, de comunidades autónomas vecinas. «Se da la paradoja de que en todas las comunidades limítrofes a la nuestra, el águila perdicera tiene reconocida la categoría de Peligro de Extinción. Así, la Comunidad Valenciana estaría actuando como un sumidero de la especie en el este peninsular», defienden.

Según relata Adensva, son bien conocidos por la Generalitat Valenciana los principales factores de mortalidad que están mermando la población de esta especie amenazada. Los datos recopilados a lo largo los últimos 25 años de ejemplares ingresados en los centros de recuperación valencianos, y los datos de mortalidad obtenidos por radioseguimiento de ejemplares en los últimos cinco años, evidencian que la principal causa es la muerte relacionada con infraestructuras humanas carentes de medidas de seguridad para la fauna, como son los tendidos eléctricos, las balsas y los vallados. «La mayor parte de estas muertes serían evitables si se implantaran, de forma generalizada y en todo el territorio autonómico, medidas correctoras de prevención», estiman. Otras causas de cierta envergadura son la muerte de ejemplares por disparos y el uso de cebos envenenados.

Por todos estos motivos, varios grupos conservacionistas han solicitado recientemente que en la Comunidad Valenciana se incluya a esta especie en la categoría de 'En Peligro de Extinción', dado que actualmente figura como 'Vulnerable'. Esta petición ha sido rechazada reiteradamente por el Servicio de Vida Silvestre, perteneciente a la Conselleria competente en Medio Ambiente. La elevación oficial de la categoría de amenaza debería servir para la elaboración de un Plan de Recuperación en el que viniesen previstas las medidas concretas y directas para reducir las ya conocidas causas antrópicas de mortalidad de la especie. Para evitar ahogamientos, señalan, sería necesario instaurar la obligación de la existencia de elementos de salida de fauna en todos los depósitos contra incendios, balsas de riego y canales. Para evitar electrocuciones se requiere una planificación para conseguir a corto plazo la total adecuación de las líneas eléctricas en todo el territorio valenciano. Para reducir el riesgo de colisión es necesaria la obligación de instalar elementos de señalización adecuados en líneas eléctricas, vallados y cristaleras en el medio natural. Así, avanzan, «la implantación de estas medidas a nivel autonómico no sólo reduciría notablemente la mortalidad del águila perdicera, sino que evitaría miles de muertes de muchas otras especies de fauna que se producen cada año en la Comunitat Valenciana».

Desde Adensva y otras asociaciones afines reclaman además al Gobierno valenciano «que muestre con hechos si es cierto su compromiso con el medio ambiente. Se avecinan tiempos en los que va a ser más necesario que nunca compatibilizar la conservación de la biodiversidad con la implantación de numerosas infraestructuras en el medio natural relacionadas con las energías renovables. Si detener la pérdida de biodiversidad y la degradación del patrimonio natural no es una prioridad para el Gobierno valenciano, debería actuar con sinceridad y exponerlo abiertamente a la ciudadanía», concluye el texto.

2021-02-07

  • Águila perdicera electrocutada en Oliva, con visibles quemaduras por todo el cuerpo y amputaciones producidas por la descarga eléctrica. Imagen: Adensva
    Águila perdicera electrocutada en Oliva, con visibles quemaduras por todo el cuerpo y amputaciones producidas por la descarga eléctrica. Imagen: Adensva.