La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM) trabaja en la creación del Banco de Especies Emblemáticas y de Singular Importancia del Mar Menor, un proyecto que se estudia con el Acuario de la Universidad de Murcia y que tiene como objetivo conseguir más datos sobre la biología de estas especies, conocer más en profundidad su estado evolutivo y, en ultima instancia, garantizar su supervivencia, según indica la CARM en una nota de prensa
La creación de este reservorio se haría de forma progresiva, con una primera fase que se centraría en algunas de las especies más representativas del mar Menor, dos especies de peces como el caballito de mar (Hippocampus guttulatus) y la aguja (con ejemplares de las tres familias de agujas presentes en la laguna; aguja de río -Syngnathus abaster-, aguja mula -Syngnathus thyple- y aguja de mar -Syngnathus acus-); y dos tipos de moluscos como la nacra (Pinna nobilis) y una especie de la familia de las almejas que es luminiscente (Pholas dactylus).
Los fines de esta primera fase son conseguir la correcta adaptación de los ejemplares seleccionados a los sistemas cerrados de las instalaciones de la universidad y formar un grupo de reproductores inicial que pueda constituirse como base para futuras ampliaciones del banco de especies. Asimismo, habrá que definir los protocolos de mantenimiento de esas especies en condiciones de cautividad y estudiar su comportamiento reproductor para determinar, igualmente, un protocolo de cría para cada una de estas especies.
El consejero de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente, Javier Celdrán, y el rector de la Universidad de Murcia, José Luján, han anunciado esta iniciativa durante una visita a las instalaciones del acuario de la institución académica. “Consideramos que es imprescindible actuar de manera preventiva con iniciativas como ésta, que nos va a permitir conocer con mayor profundidad todas las variables que afectan a estas especies y, de esta manera, anticiparnos y tomar aquellas decisiones que se consideren más adecuadas desde el punto de vista científico, para garantizar su supervivencia”, ha señalado Javier Celdrán.
Durante su visita al acuario, el consejero de Medio Ambiente ha conocido la labor de esta institución, que trabaja desde hace 20 años en la cría en cautividad del caballito de mar. En este tiempo, y de manera pionera a nivel mundial, la UMU ha conseguido cerrar el ciclo de diez especies de caballito de mar, entre las que se encuentra el Hippocampus guttulatus, característico del Mar Menor.
Para crear este Banco de Especies se seleccionaría un número de ejemplares significativo desde el punto de vista genético para evitar su empobrecimiento y se recrearían las condiciones ideales, estables en el tiempo, que reproduzcan las del medio natural en el que viven estas especies.
Objetivo: recuperar las poblaciones de manera natural
Una vez consolidadas estas poblaciones, se procederá a hacer un estudio genético que aporte datos e información sobre su estado actual, un área en el que ya trabaja el acuario universitario, y se analizaría el comportamiento reproductor de estas especies. El objetivo último es desarrollar un protocolo de cría en cautividad que permita, en última instancia, poner en marcha proyectos de repoblación.
“La repoblación artificial es la última opción, ya que lo ideal, como está sucediendo ahora, es que estas poblaciones se recuperen de manera natural. Sin embargo, nuestro objetivo es estar preparados ante posibles eventos puntualmente críticos con el medio natural”, ha subrayado Celdrán.
Además de esta especie, el proyecto incluirá desde su inicio la aguja, un pez de la familia de los signátidos, al igual que el caballito de mar, que tiene una población importante en el mar Menor, pero que está catalogada en peligro en el resto de su área de distribución.
En cuanto a la nacra, y a pesar de que su introducción en el mar Menor es relativamente reciente, es una especie catalogada en estado crítico en los últimos años debido a la acción de un parásito que ha diezmado su población en todo el mar Mediterráneo. La última especie que se incluirá es la Pholas dactylus, una almeja luminiscente catalogada también en peligro de extinción y cuya existencia se conoce únicamente por la aparición de conchas de ejemplares muertos.