La ONG Acción por el Mundo Salvaje ( AMSU) lamenta en una nota de prensa el ingreso en su hospital de fauna de diferentes ejemplares pertenecientes a especies protegidas y en peligro de extinción por disparos, hecho que, señala, «agudiza aún más la polémica del grave efecto de la caza ilegal en el mantenimiento de la biodiversidad», y motivo por el cual advierte de que «la caza ilegal pone en serio riesgo la biodiversidad». De hecho, el hospital de AMUS cierra el año con más de cien ingresos de animales salvajes protegidos que han sido objeto de disparos.

Para la organización, los últimos acontecimientos acaecidos en las montañas del norte de España sobre la muerte de dos osas a manos de cazadores que alegan “confusión o equivocación” por un lado y por otro “defensa personal”, y los disparos, algunos en escenarios realmente crueles -como el caso de un buitre leonado que estando ya enfermo se le dispara en la cabeza dejándolo moribundo-, «acrecientan una de las mayores crisis del sector en los últimos años y una urgente necesidad de adoptar medidas no ya punitivas (que también) sino normativas, en una sociedad que rechaza y repulsa estas acciones que atentan con códigos básicos, entre otros muchos, de moral».

Un mochuelo, dos gavilanes, dos milanos reales, un búho real, un buitre leonado, dos cernícalos vulgares, una lechuza campestre y una garcilla bueyera son los ejemplares que han ingresado en el hospital de AMUS en las últimas tres semanas por disparo.

La nota recalca que los ejemplares heridos o muertos que llegan a un centro de recuperación son una anécdota en proporción a todos los que se quedan en el campo sin que nadie les encuentre. La imposibilidad de una vigilancia ambiental los días festivos en todas las áreas cinegéticas, sumada a la escasa presencia de agricultores, ganaderos, o ciudadanos que realizan actividades en el medio natural (sobre todo los días de lluvia) hace que muchos ejemplares sean encontrados varios días después de ser disparados; otros son depredados la misma noche en los que caen abatidos y otros los son en fincas privadas a las que no hay acceso.

«Sabemos que esta agresión hacia la biodiversidad (que es de todos y que cuesta tanto dinero público mantener) no se puede imputar a todos los cazadores, pero también entendemos que estas acciones tan graves y desafiantes a las leyes y al orden social son cometidas por miembros de este sector; por tanto, es este colectivo el que debe tomar medidas que eviten una de las más serias causas de muerte no natural en especies protegidas», reivindica AMUS.

Desde la entidad consideran que, de lo contrario, las Administraciones públicas y el propio Ministerio debería «revisar y modificar contundentemente» una actividad contraria al mantenimiento y aseguración de unas especies con derechos, propiedades y libertades recogidas y reflejadas desde hace muchos años en la abundante normativa autonómica, nacional e internacional que las protege y las exime de ser el blanco de cualquier escopeta.

Entre los animales tiroteados, y cuyas radiografías se pueden ver en las imágenes, hay un ejemplar de búho real ingresado en estas semanas con más de 30 perdigones de plomo alojados en su cuerpo de un disparo. AMUS detalla al respecto que al búho real se le considera injustificadamente un serio competidor de la caza y es una de las especies más perseguidas y afectadas por esta problemática. En la misma línea, recuerda que «pocas aliadas hay tan fieles como la lechuza campestre en la eliminación de roedores, y aun así no es suficiente y por sus costumbres de estar echadas en la tierra y aguantar hasta muy corta distancia la presencia humana, son igualmente una diana fácil».

Un buitre leonado al que se le dispararon dos tiros con balines en la cabeza a muy corta distancia, y que falleció a las horas de su ingresó en AMUS, un milano real, especie catalogada en España 'En peligro de extinción', con una fractura en el cúbito provocada por un disparo con perdigones de plomo, han sido abatidas por la caza ilegal. Incluso especies tan inofensivas y beneficiosas para la agricultura son disparadas, como un mochuelo que tenía una fractura en húmero al ser blanco de una escopeta, que también pasó por las instalaciones de la ONG.

AMUS agradece y reconoce los esfuerzos por parte de los Agentes del Medio Natural, el Seprona de la Guardia Civil y la propia Dirección General de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura -donde tiene la sede la ONG- para combatir esta grave problema. De hecho, agregan, en la Comunidad Autónoma de Extremadura desde marzo de 2020 se trabaja al amparo de una estrategia en la que se pretende cursar todas las diligencias pertinentes y reducir esta importante causa de muerte no natural en especies protegidas y algunas de ellas en peligro de extinción.

2021-01-11

  • De izq. a dcha. y de arriba a abajo: búho real con más de 30 perdigones, buitre leonado con dos tiros con balines en la cabeza a muy corta distancia,  milano real (en peligro de extinción) con una fractura en el cúbito provocada por un disparo con perdigones de plomo, y mochuelo con una fractura en húmero al ser blanco de una escopeta. Imagen: AMUS
    De izq. a dcha. y de arriba a abajo: búho real con más de 30 perdigones, buitre leonado con dos tiros con balines en la cabeza a muy corta distancia, milano real (en peligro de extinción) con una fractura en el cúbito provocada por un disparo con perdigones de plomo, y mochuelo con una fractura en húmero al ser blanco de una escopeta. Imagen: AMUS.