Ecologistas en Acción ha mostrado su "rotundo rechazo" a la propuesta de dragado del canal de la gola de Marchamalo, que conecta la laguna salada del Mar Menor con el Mediterráneo, en una nota de prensa en la que explica que esta decisión se basa en dos razones: que no está justificada la necesidad del dragado, y que en estos momentos de crisis ambiental "es muy arriesgado aumentar la conexión" con mar abierto.

La organización recuerda en primer lugar que este canal artificial nunca ha tenido mucho calado, por lo que la navegación por el mismo, para pasar de la laguna a mar Mediterráneo y viceversa, ha sido siempre residual. Por otro lado, en un contexto en el que a medio y largo plazo el fondeo y la navegación en la laguna salada va a verse restringida por los Planes de Gestión, aún sin aprobar, "no tiene sentido aumentar la capacidad de tránsito de embarcaciones de recreo".

Por otro lado, tampoco se puede justificar en la necesidad de obtención de arenas para “regeneraciones de playas”. Ecologistas en Acción recuerda que en 2017 ya se paralizó el dragado del canal con fines de “regeneración de playas” del Mar Menor y La Manga por no ser aptas para dicho fin, al presentar concentraciones de metales pesados superiores a lo permitido. Además, la regeneración de playas tiene un coste y un impacto ambiental negativo, que podrían evitarse con una mejor gestión del litoral a lo largo del año. Por ejemplo, en el litoral del Mar Menor, las “regeneraciones” pueden afectar a especies protegidas como el fartet, la nacra o praderas de fanerógamas en aguas someras.

El segundo argumento para no llevar a cabo este dragado, se encuentra en los impactos negativos sobre el ya maltrecho ecosistema del Mar Menor que podría derivarse del aumento de la conectividad entre la laguna y el Mediterráneo.

Ecologistas en Acción recuerda que el complejo ecosistema del Mar Menor está íntimamente ligado a las importantes diferencias físicoquímicas de sus aguas respecto a las del Mar Mediterráneo. Precisamente, uno de los factores que ha contribuido, entre otros, a la degradación actual de la laguna salada ha sido el aumento de conexión del Mar Menor con las aguas del Mar Mediterráneo al dragar el canal del Estacio en los años 70. La afección al ecosistema en las décadas siguientes ha sido evidente, sumándose a otros impactos negativos. Tanto es así, que desde el ámbito científico siempre se ha instado a no aumentar dicha conectividad.

Y precisamente por esto, la organización ecologista considera una falacia que se pretenda hacer creer que el estado ecológico del Mar Menor mejoraría con más conexión de sus aguas con el Mar Mediterráneo. Y una total irresponsabilidad que se esgrima este argumento desde las instituciones públicas, que además han sido advertidas de los enormes riesgos que puede suponer para especies en peligro crítico de extinción como la nacra. Recuerdan que este gran molusco bivalvo ha desaparecido casi totalmente en el Mediterráneo debido a un parásito, que de momento no ha afectado a la población presente en la laguna salada. El Mar Menor es uno de los poquísimos santuarios de la especie a nivel internacional, "y es un deber y una enorme responsabilidad mantener esta población a salvo", reivindica la nota, que advierte al respecto que "de hecho, una actuación que acabe provocando la mortandad de esta especie, podría considerarse delito ecológico, dado el nivel de protección legal actual de la especie".

Tratar el Mar Menor como una piscina que se “limpia” cambiándole el agua no es sólo "un alarde de ignorancia absoluta, sino que supone faltar al respeto a la comunidad científica que lleva años advirtiendo, presentando estudios y propuestas a las administraciones competentes", añade el texto.

La nota recuerda cómo esta misma semana, 15 investigadoras e investigadores han emitido un comunicado conjunto en el que advierten de la crítica situación del Mar Menor, y de lo complejo, lento y costoso que va a ser el proceso de recuperación. Además, han criticado la falta de rigor e imprecisiones severas que presenta el “discurso oficial” del Gobierno regional, y lo improcedente de algunas actuaciones, que consideran apresuradas y contraproducentes.

En este contexto, Ecologistas en Acción insiste en que para solucionar la crisis ambiental del Mar Menor, el Gobierno regional debe poner el foco de atención, y el esfuerzo, en toda la cuenca de drenaje que va a parar al Mar Menor, que es donde se origina el principal impacto actual sobre la laguna: la eutrofización.

En este sentido, es necesario llevar a cabo actuaciones de arquitectura del paisaje y soluciones basadas en la naturaleza, para reducir, a diferentes niveles, tanto las escorrentías que van a parar a las ramblas, como los sedimentos, nutrientes y metales pesados que estas y otros flujos arrastran hasta el Mar Menor. Y esto debe ir de la mano de una auditoría de la industria agrícola en el Campo de Cartagena, cuyos impactos son inasumibles, en la que se determine la cantidad de regadío y el modelo de producción compatibles con la conservación de una de las principales joyas naturales de nuestro territorio, que alberga numerosas especies protegidas, y que tenemos el deber de conservar.

Por último, en cuanto a la propia laguna salada se refiere, Ecologistas en Acción señala que no se puede seguir posponiendo la aprobación de los Planes de Gestión que afectan al Mar Menor y que llevan años esperando su aprobación y ejecución, entre los que cita el 'Plan de Gestión Integral de los Espacios Protegidos del Mar Menor y de la Franja Litoral Mediterránea de la Región de Murcia', sin aprobar tras más de seis años de tramitación intermitente; la 'Estrategia de Gestión Integrada de Zonas Costeras del Sistema Socio-Ecológico del Mar Menor y su Entorno (SSEMM)', sin aprobar tras tres años de tramitación; y el 'Plan Vertido Cero' del Ministerio de Medio Ambiente, también en tramitación desde hace tres años.

2019-09-05

  • Trabajos de dragado en la gola de Marchamalo el 2 de marzo de 2017. Imagen: EEA
    Trabajos de dragado en la gola de Marchamalo el 2 de marzo de 2017. Imagen: EEA.
  • Trabajos de dragado en la gola de Marchamalo el 1 de marzo de 2017. Imagen: EEA
    Trabajos de dragado en la gola de Marchamalo el 1 de marzo de 2017. Imagen: EEA.