Ni las medusas, ni el viento variable, ni la alta salinidad de la laguna impidieron ayer al nadador guipuzcoano Carlos Peña cruzar el Mar Menor a nado modalidad espalda, desde Lo Pagán a Los Urrutias. Tras casi once horas de esfuerzo, este activista, que se desplazó de manera totalmente desinteresada desde el País Vasco a la Región, culminó una travesía con la que buscaba llamar la atención sobre el deterioro de las aguas de la laguna.
Tal y como cuenta la organización en una nota de prensa, el nadador tolosarra Carlos Peña -que tiene un récord mundial de kilómetros nadados a espalda en natación extrema- completó ayer en diez horas y media la travesía a nado del Mar Menor entre Lo Pagán y Los Urrutias, con el objetivo de apoyar las reivindicaciones de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y el Pacto por el Mar Menor "a favor de la conservación y recuperación de los valores naturales de un espacio natural intensamente degradado por la mano del hombre".
Según indica el texto, acababa de ponerse el sol en la playa de Los Urrutias cuando Peña terminaba de cruzar nadando a espalda de Norte a Sur la que es la mayor laguna litoral española, y era recibido por un grupo de integrantes de la plataforma Pacto por el Mar Menor, La Ecocultural y ANSE -organizadores del evento- para darle una calurosa bienvenida.
El nadador estuvo acompañado durante toda su travesía por tres piragüistas y por el velero Else, de ANSE, que portaba la pancarta que hace 20 años sobrevolaba el Mar Menor en globo aerostático poniendo en marcha una de las campañas más largas y activas de la organización en defensa de la laguna.
El cruce del Mar Menor costó un poco más de lo previsto al nadador de espalda, que ya ha realizado numerosas travesías de gran recorrido y duración en diferentes enclaves (principalmente lagos y ríos) de Europa y América. La elevada salinidad de la laguna, junto al calor y el viento cambiante dificultaron la travesía.
Durante el recorrido varias embarcaciones a vela se aproximaron al nadador para darle ánimos, se cruzaron con un par de regatas de pequeños veleros, al tiempo que multitud de motos de agua y barcos a motor levantaban molestas olas que se cruzban en la trayectoria del velero de ANSE y el nadador.
El texto remitido por ANSE y el Pacto por el Mar Menor señala que "aunque durante las últimas semanas se han reducido notablemente los vertidos de salmueras procedentes de las desalobradoras agrícolas, las aguas del Mar Menor siguen convertidas en una inmensa sopa verde, más intensa en el centro de las cubetas norte y sur, tanto que apenas pueden observarse las escasas medusas de la especie Cotylorhiza tuberculata, que en mucho menor número que otros años han aparecido a finales de verano".
Asimismo, describe que Peña nadó en un mar verde, cruzado por doquier por cientos de barcos y motos de agua "la mayoría de las cuales se dirigía hacia ninguna parte. Y llegada la media noche, contorneado por un horizonte de luces urbanas, la luna todavía casi llena, enorme y anaranjada, iluminaba el camino de regreso del velero Else con viento fresco de proa. Ante el aparente caos urbano, 20 años después, algunas cosas están cambiando en el Mar Menor, cada vez más gentes trabajan para solucionar sus problemas, aunque muchos de nuestros responsables políticos se empeñan en rescatar fantasmas del pasado, como el que en Puerto Mayor espera al otro lado de La Manga", finaliza la nota de prensa.