Estos días, como cada otoño, cientos de hormigas aladas han caído del cielo invadiendo calles, terrazas, carrocerías de los coches y superficies diversas. Amanecemos con la ciudad salpicada de puntitos negros. Y a pesar de ser conocido y previsible, no deja de resultar curioso. Lo que ocurre es que hemos estado viviendo el fenómeno de los vuelos nupciales de las hormigas voladoras. No se trata de una plaga: es un momento crucial en la especie que asegura su supervivencia, y que nosotros hemos aprovechado para hacer nuestras grabaciones. ¡Las teníamos pendientes desde que hablamos de ellas ya en 2017! (ver repor: Hormigas voladoras, las reinas del otoño -20 Oct. 2017-).
Nos encanta verlas todos los años. Por grandes o pequeñas que sean, nos parezcan feas o bonitas, todos los seres vivos cumplen su función en el ecosistema, y éstas en concreto son buenísimas dispersoras de semillas. Además de suponer un aporte nutritivo para buena parte de la fauna local. Pero aunque no fuera así, no son nuestras y como tal merecen nuestro respeto a la hora de compartir espacio con nosotros.
Ayer, mientras -por fin- las grabábamos en la terraza y en el patio interior, nos caían en la espalda y sobre nuestras cabezas. Parecía una pequeña lluvia, y sentíamos las 'gotas' golpeando contra el suelo. 'Poc'... 'poc'... Pero, efectivamente, no eran gotas, sino hormigas. Y en concreto los machos -de menor tamaño-, que una vez cumplida la función reproductora, sucumben... Las hembras fecundadas que sobrevivan serán, si localizan un buen lugar para su nido, las futuras reinas.
Según hemos leído en la página web de Mirmecologia, en noviembre salen del hormiguero para cumplimentar su vuelo nupcial dos especies, la Messor barbarus, que es la que habitualmente nos llama la atención aquí en Murcia y a la que le dedicamos la entrada anterior, y la Solenopsis (diplorhoptrum) fugax, que quizá también haya volado pero que, al ser más pequeña, nos ha pasado desapercibida. En septiembre y octubre salen muchísimas más, aunque seguramente haya que estudiar este fenómeno con atención para ver cómo se ven afectado por el cambio de temperaturas y de regímenes de lluvia.
Nosotros hemos hecho este pequeño vídeo de una cópula, en la que, como veis, se juegan la vida. Y, al final de la grabación, hemos recogido un detalle curioso. Esperamos que os guste:
Mónica Rubio. Periodista y Bióloga
2020-11-08