Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han comprobado cómo la compleja evolución geológica y climática de la cuenca mediterránea ha configurado la distribución de la enorme variedad de especies de esta región, y en concreto la de unos escarabajos 'regordetes', que es lo que significa su nombre en latín: Pimelia, según indica la institución en una nota de prensa.
Para completar esta bonita historia 'a ras de suelo', los científicos han seguido en detalle los pasos de estos Pimelia, estudiando la variabilidad genética y morfológica de muchas de las especies que lo integran, para así reconstruir su historia evolutiva y biogeográfica, revisando además la taxonomía de todo el género. Estos coleópteros, redondos, negros, con un caparazón exterior muy duro y nocturnos, no vuelan, por lo tanto su expansión se produce lentamente y cada barrera geográfica que encuentran en su camino limita mucho su expansión. "Con una capacidad expansiva tan limitada ¿cómo han llegado a extenderse desde el norte de la región afrotropical hasta Asia central?", se preguntaba la investigadora del MNCN Paloma Mas-Peinado.
A través de esta investigación han comprobado que "la evolución general del grupo ha seguido los cambios geológicos de la cuenca mediterránea. Según fueron apareciendo y despareciendo diversas barreras geográficas, las especies avanzaron en su expansión y se separaron de sus antecesoras", explica Mas-Peinado.
Además, añade la experta, "ver su actual distribución nos ha permitido revisar la paleogeografía del Mediterráneo, lo que puede resultar de gran ayuda para investigaciones de otras especies del área".
Tanto larvas como adultos viven ligados al suelo. Se alimentan principalmente de materia vegetal en descomposición, aunque son bastante oportunistas. Son especies capaces de soportar el calor extremo porque su fisiología les permite regular muy bien la temperatura, transpiración, excreción y absorción de agua. No en vano, en lugares con condiciones climatológicas adversas como los desiertos y estepas, son los grandes protagonistas ya que se adaptan muy bien.
Como resultado del trabajo, también han revisado la taxonomía del grupo, terminando por reorganizar las 324 especies que lo componen en 14 subgéneros, seis nuevos para la ciencia. Asimismo, han descubierto que su origen se remonta al Oligoceno, hace unos 30 millones de años, y su diversificación comenzó en el norte de África.
Las relaciones de parentesco de este extenso género de coleópteros es un misterio que los taxónomos llevaban más de dos siglos tratando de esclarecer. En la mayoría de las ocasiones fue imposible llegar a un acuerdo; de hecho, el especialista Erik Kwieton llegó a perder la paciencia tirando su colección al río. "Ha sido muy emocionante trabajar con este grupo por la historia que tiene detrás y porque descubres que la historia evolutiva de dos escarabajos aparentemente iguales divergió hace 30 millones de años. De hecho, ahora que hemos llegado a esclarecer parte de este rompecabezas estamos inmersos en diversos trabajos dentro del género Pimelia", comenta David Buckley, también del MNCN y participante en el estudio.
El complejo patrón de distribución del género en la península Ibérica, por ejemplo, es el resultado de múltiples colonizaciones por diversos linajes procedentes de cinco subgéneros distintos: Iberomelia, Hispanomelia, Amblyptera, Amblypteraca y Magrebemelia. "Lo triste es pensar que en poquísimo tiempo somos capaces de terminar con especies que llevan sobreviviendo a todo desde hace 30 millones de años", concluye Mario García-París, que también participa en este estudio.
2018-07-20