Con casi 200 páginas, 74 especies, el prólogo de Jane Goodall, grandes dosis de trabajo y aún más de amor por la avifauna, el libro 'Aves que dejan huella' de la experta rastreadora murciana Luisa Abenza está a punto de poder ser publicado gracias a un crowdfunding que avanza imparable y en el que aún puedes participar.

El volumen, delicadamente diseñado, contiene rastros de diversos tipos acompañados de detalles sobre la vida de las aves ibéricas, sus costumbres, su hábitat o el tipo de alimentación.

Para recopilar las más de 300 fotografías e ilustraciones que se pasean por el libro y los casi 150 detallados dibujos de huellas y sendas, Abenza se ha recorrido toda España "de arriba a abajo", siguiendo a sus 'bichos', como ella les llama. Aves que ha contemplado en el aire, en la nieve, en el barro, en la arena... "y por todas partes", recuerda.

Ello ha requerido "mucha mucha observación" y largos periodos de aprendizaje. "Para aprender -recalca Abenza- necesitas primero conocer huellas muy buenas, y después confirmar que las huellas que ves son lo que realmente tú crees, y eso se confirma o con 'bichos' vivos o con partes de los 'bichos'. Además, las aves no se mueven igual cuando caen, van corriendo o despegan; ahí hay una gran variabilidad de movimiento que queda reflejada en el rastro, por lo que necesitas verlos andar, cómo se posan...".

Todo eso está presente en este manual que recoge plumas de distintas partes del cuerpo, huesos, excrementos, egagrópilas y también huellas con esos distintos 'andares'. Esto es relevante “porque el tipo de sendas que dibujan reflejan una manera de moverse, y ese dato te puede hacer descartar una especie frente a otra”, advierte la también técnico forestal.

Pero las huellas de aves como indicio para su identificación "es un material que está muy poco trabajado", y de ahí la posibilidad de editar un libro como éste que incorpora una innovación “muy agradable y muy positiva" y es que "todo está a tamaño real”, subraya la experta en educación ambiental. Así es como se retratan los cráneos, huellas o plumas, salvo apenas alguna que era demasiado grande, en cuyo caso se ha escogido un fragmento característico de la misma, éste sí a tamaño real, "para poder compararla si la encuentras".

Y a ello se añade que esta obra “está hecha desde el alma, con muchísimo cariño, como un intento no sólo de conocer, sino de mostrar admiración hacia las aves, lo bonitas que son y todo lo que nos queda por descubrir de ellas", dice la autora. Quizá eso fue lo que cautivó a la mismísima Jane Goodall para escribir el prólogo. "Todavía se me hace un nudo en la garganta cuando hablo de esto", se le quiebra la voz a Abenza. "A Goodall siempre la he tenido presente porque es una mujer espectacular en todos los sentidos, y pensaba en ella pero me daba vergüenza decírselo a los compañeros de la editorial porque creí que me iban a decir que era una locura", reconoce. Pero al final se atrevió y aunque coincidieron en que era muy difícil, también convinieron en que había que intentarlo. "Así que moví cielo y tierra, escribí a todos los correos y lo hice desde el corazón, hablándole de nuestro sentimiento hacia este trabajo y del título 'Aves que dejan huella' que tiene un significado que creo que no hace falta explicar". Y lo consiguió.

A la espera de ultimar este volumen, repleto de retratos con la estampa "más cariñosa" de las aves, la campaña de micromecenazgo supera ya los 7.000 euros y se acerca al objetivo de los 8.500. La respuesta ha sido espectacular y no deja de recabar comentarios muy favorables. Apenas le queda el último empujón y tiene casi un mes para lograrlo. Si quieres ayudarle, y de paso conseguir un ejemplar en unas estupendas condiciones, puedes pinchar en este enlace al crowdfunding de Libros.com. Un libro con mucha información, mucha ciencia y todo un alma.

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Mónica Rubio. Periodista y Bióloga
2018-05-11