¿Te gustaría ser anillador científico de aves? El seguimiento controlado de estos animales va revelando aspectos nunca antes imaginados sobre sus rutas, distancias recorridas, obstáculos salvados, días invertidos en la migración... o sedentarismo, alimentación y otras costumbres.
Hay que prepararse mucho para dominar los conocimientos sobre las cerca de 400 especies que pueden sobrevolar el país. Y dada la carga de trabajo que supone recabar esta información, la participación de los voluntarios resulta fundamental.
Por si te has preguntado alguna vez cómo viven los voluntarios esta experiencia, te dejamos este vídeo grabado en la Campaña de Anillamiento de Isla Grosa (Región de Murcia, España) que, desde hace varios años, convoca la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE).
Este vídeo corresponde a la campaña de otoño -campaña postnupcial-, cuando las aves -adultos y crías, si hay-, bajan hacia África a pasar el invierno. En este continente hallarán condiciones climáticas más suaves que en la fría Europa, lo que les permite encontrar comida más fácilmente.
Existe también una campaña de primavera -campaña prenupcial, antes del emparejamiento y nidada-, cuando las aves escapan del calor africano y el continente europeo se vuelve más generoso en alimento.
Si quieres profundizar en el tema, en este reportaje tienes el relato de una estancia que tuvimos la fortuna de poder compartir con los anilladores.
¿Te animas? Ahora puede ser un buen momento para ir pensando en apuntarte al siguiente voluntariado de anillamiento científico. En la Región de Murcia, o en cualquier otro punto ornitológico que tiene España, que cada vez se destaca más como un fenomenal destino para el Birdwatching (observación de aves). ¡Eso es una suerte!
La voluntaria Ana Jara lee la anilla de un pájaro tras soltarlo de la red.
Paulo Lago anota los valores obtenidos en una ficha de recogida de datos.
Lise Pomarède libera un colirrojo tras registrar sus datos.
Algunas de las aves que viven o sobrevuelan Isla Grosa.
Los edificios para la estancia de los voluntarios están a pie de playa.
Un petirrojo, a punto de ser liberado. Al fondo, Ángel Sallent, biólogo, anillador y monitor de los voluntarios.
