Varios agentes medioambientales de la Región de Murcia consiguieron evitar ayer domingo "in extremis" el expolio de una de las mayores colonias de cernícalo primilla de la Comunidad, según informan fuentes de la CARM.
Los agentes sorprendieron a dos hombres en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del centro de la Región, encaramados a una escalera telescópica y accediendo al interior de uno de los nidos. Los cernícalos primilla (Falco naumanni), una especie protegida, tienen la costumbre de construir sus nidos en altura, aprovechando oquedades de las paredes, mechinales y huecos de los techados de viejas edificaciones.
Los dos ciudadanos, de origen español, no pudieron justificar adecuadamente el motivo de la acción, por lo que los agentes procedieron a la identificación de ambas personas y a denunciarlos por un intento de expolio ante la Dirección General de Medio Natural.
Según fuentes de la Comunidad, estos casos de intento de expolio de primillas "no son frecuentes", "aunque los autores son reincidentes".
Explican, a su vez, que el robo de huevos o polluelos tiene como objetivo su venta en el mercado negro, y que también suelen destinarlos a la cetrería, o simplemente los retienen como 'mascota', ya que son aves llamativas y de no un gran tamaño. De hecho, esta bella rapaz, que visita el país en verano, se considera el menor de los halcones, y se alimenta de insectos y pequeños vertebrados. Las mismas fuentes subrayan que el hecho de coger huevos o polluelos, así como la tenencia de los mismos sin permiso, conlleva apertura de expedientes.
La importancia de la actuación de los agentes medioambientales se incrementa por el hecho de tratarse de una especie catalogada 'En Peligro de Extinción' en la Región de Murcia, que está sufriendo la pérdida de hábitat derivada de los cambios que están experimentando los sistemas de cultivo, así como la pérdida de lugares aptos para nidificar.
Y desde elclickverde recordamos que ya no sólo se trata del riesgo -enorme- de acabar con la tan estimada reposición juvenil de este año -la puesta se realiza de abril a junio-, sino que estas prácticas también pueden ocasionar lesiones a los ejemplares, o dejarles una impronta por permanecer en cautividad que haga imposible su retorno a la naturaleza, amén de que el estrés que se puede inducir en la colonia podría llevar al abandono de la misma.
NOTICIA RELACIONADA: Sensacional año en los nidos de primilla (7 Jul. 2017)
Mónica Rubio. Periodista y bióloga
2018-06-11