Años más cálidos, veranos más largos, mayor frecuencia de noches tropicales y un aumento de la extensión de los climas semiáridos sobre todo en el sureste son las evidencias más relevantes de los impactos del Cambio Climático que ya se están dejando sentir en España, según informa el Ministerio para la Transición Ecológica en una nota de prensa.

Se trata de conclusiones extraídas por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en un trabajo en el que ha revisado datos de los últimos 40 años, y según el cual 32 millones de españoles ya están afectados por las alteraciones globales.

Así, el estudio revela que el verano es cada vez más extenso y cálido. En concreto, la estación se ha alargado, de media, unos 9 días por década. De esta forma, el periodo estival actual abarca prácticamente cinco semanas más que a comienzos de los años 80.

Igualmente, la temperatura superficial del Mediterráneo ha aumentado a razón de 0,34ºC por década, mientras que el nivel del mar ha subido 3,4 milímetros por año desde 1993.

Y se ha detectado un claro aumento de la extensión de los climas semiáridos, estimado en 50 años en más de 30.000 km2 (en torno al 6% de la superficie de España). Las zonas más afectadas son Castilla-La Mancha, el valle del Ebro y el sureste peninsular.

La AEMET, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica, presenta con este informe un avance de los datos del Open Data Climático, una herramienta que será de acceso libre a partir del mes de abril, y que resultará clave para el estudio del Cambio Climático y la adopción de medidas de mitigación y adaptación, así como para acercar la realidad climática a la ciudadanía de forma más eficiente, abierta y funcional.

Para este análisis, la AEMET ha contado con valiosa información procedente de su Banco Nacional de Datos Climatológicos y, en particular, con datos procedentes de un total de 58 observatorios, 52 de ellos ubicados en capitales de provincia o sus proximidades y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y otros seis más añadidos por la especial relevancia histórica de sus series de datos. Una muestra suficiente para garantizar la adecuada y veraz representación del territorio estudiado.

Entre los principales resultados del primer avance destaca que el análisis de la evolución de la temperatura anual revela una clara tendencia a temperaturas más altas en España desde 1971, tanto en valores promedio como en máximas y mínimas. Un resultado que concuerda con el hecho de que los años más cálidos se hayan registrado en su mayoría en el siglo XXI.

Las temperaturas medias de todas las estaciones son cada vez más elevadas, aunque el ascenso se aprecia más claridad en primavera y, sobre todo, en el periodo estival. Así, el verano es la estación más afectada por el cambio climático, un verano que según los datos se ha vuelto cada vez más largo y más cálido.

De los 58 observatorios analizados, 37 registraron al menos cinco años desde 2011 con temperaturas medias anuales situadas dentro del 20% de las más cálidas del periodo de referencia. Estas anomalías ponen de manifiesto que al menos cinco de los últimos ocho años en estos observatorios han sido muy cálidos. El valor más extremo se obtiene en Barcelona/Aeropuerto, donde, desde 2011, todos los años han sido muy cálidos y algo más de seis meses de cada año la temperatura ha quedado englobada dentro del 20% de los meses más cálidos de la serie. En cinco observatorios, entre ellos el de Murcia o el de Teruel, todos los años menos uno han exhibido un comportamiento similar.

Trasladado este resultado de 37 observatorios afectados en términos de población, podría considerarse que 32 millones de españoles ya se están viendo afectados por el Cambio Climático, con una acumulación de años muy cálidos en la última década, el alargamiento de los veranos y el aumento de frecuencia de noches tropicales.

La temperatura superficial del Mediterráneo está aumentando a razón de 0,34ºC por década desde principios de los años 80. Este aporte de calor provoca una expansión termal que contribuye al incremento del nivel del mar Mediterráneo. Desde 1993 el nivel del mar ha aumentado en 3,4 mm por año. Un Mediterráneo cada vez más cálido repercute en sus regiones costeras aumentando el número de noches tropicales, definidas como aquellas en las que la temperatura mínima supera o iguala los 20ºC.

El fenómeno “isla de calor” puede definirse como la anomalía térmica positiva en el centro de las ciudades en relación con la periferia; provoca un plus térmico nocturno que eleva las temperaturas mínimas afectando al confort con efectos negativos para la salud, en particular para aquellos grupos de riesgo que viven en grandes urbes. En un contexto de cambio climático creciente, el efecto de la “isla de calor” se ve amplificado.

Ambos efectos, por tanto, señalan a las grandes ciudades y a la costa mediterránea como entornos especialmente vulnerables al Cambio Climático.

Finalmente se estudió la ocurrencia de olas de calor/frío. Si bien los episodios fríos disminuyen en número de días, las olas de calor tienden a concentrarse en los últimos años, con especial incidencia en su duración. Este hecho es particularmente relevante al existir una elevada correlación entre temperaturas máximas y mortalidad: a partir de un determinado umbral de temperatura máxima las muertes aumentan de forma notable.

2019-03-26