Los cuerpos de agua más pequeños, tanto artificiales como naturales, presentan un alto potencial para aumentar la biodiversidad y actúan como hábitats clave para la vida silvestre, según se desprende de un nuevo estudio en el que está inmerso el grupo de investigación Zoología Básica y Aplicada a la Gestión y la Conservación, tal y como informa la Universidad de Murcia (UMU) en una nota de prensa.
Este trabajo hace referencia a espacios del tipo de los estanques urbanos, charcas ganaderas y abrevaderos, entre otras tipologías, que representan una proporción significativa del total de agua dulce existente en la Tierra, y que el equipo ha analizado, entre otros lugares, en el litoral de Mazarrón, Cartagena, Lorca, el Altiplano de Jumilla y Yecla, la Sierra de Carrascoy, Sierra Espuña, los Llanos del Cagitán y el Macizo de Revolcadores, dentro de los límites de la Región de Murcia (España).
El artículo evalúa la importancia que poseen las charcas artificiales en comparación con las naturales a la hora de albergar biodiversidad acuática. En este sentido, el estudio asegura que la gestión de los cuerpos de agua debe enfocarse a la conservación de los charcas naturales ya existentes. “Si las charcas y lagunas naturales desaparecen, gran parte de la biodiversidad acuática se verá comprometida, ya que las charcas artificiales no ofrecen las mismas condiciones que las naturales para albergar biodiversidad”, advierte José Manuel Zamora Marín, investigador predoctoral de la UM y autor que lidera el estudio.
Las charcas, un oasis de biodiversidad en la Región de Murcia
Según la investigación, las 40 charcas y abrevaderos estudiados en la comunidad murciana acogen el 90% de las especies de anfibios que habitan esta Región. Un hecho que indica la importancia que tienen estos pequeños cuerpos de agua para el mantenimiento y conservación de la biodiversidad silvestre.
Sin embargo, se está produciendo una reducción vertiginosa en el número de cuerpos de agua disponibles para la fauna silvestre, debido principalmente al declive de la ganadería extensiva tradicional y a la sobreexplotación de los recursos hídricos destinados a la agricultura de regadío. Este hecho hace necesario tomar medidas. “Igual de importante que conservar las charcas naturales ya existentes, es crear charcas artificiales que muestren similares características a las naturales, como fondos no impermeabilizados, orillas con vegetación emergente o presencia de refugios.
Somos conscientes de que aquí en nuestra región no se crean pequeños cuerpos de agua destinados exclusivamente a mantener la biodiversidad, sino más bien a almacenar agua para riego o para el ganado. La clave está en mantener un equilibrio entre el aprovechamiento de los recursos hídricos y la conservación de la biodiversidad”, asegura Zamora, experto en fauna silvestre.
El artículo, publicado en la revista Science of the Total Environment. Este estudio ha sido realizado en colaboración con la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Suiza Occidental (HES-SO), la Asociación Suiza del Agua y el Instituto de Agroecología e Investigación Ambiental de Lyon (ISARA).
2020-11-16