Un grupo de 13 pigargos europeos procedentes de Noruega acaban de llegar al pueblo de Pimiango, en el concejo de Ribadedeva (Asturias), donde vivirán varios meses en un recinto especial de cara a su futura libración, a finales de verano, informa en una nota de prensa la asociación conservacionista Grefa.

Cuando tras este periodo de aclimatación, se abra la puerta de esta instalación, los pigargos podrán volar libres y se unirán a otros seis ejemplares de su especie que ya surcan los cielos ibéricos gracias al Proyecto Pigargo, tras una primera liberación que tuvo lugar el año pasado.

El pigargo, considerado como el águila más grande de Europa, es una de las ocho especies de aves que figuran en el Listado de Especies Extinguidas en España, aprobado en agosto de 2018. Este inventario oficial incluye a los animales y plantas que, tras desaparecer en nuestro país en el pasado, pueden ser objeto de proyectos de reintroducción autorizados por las administraciones competentes, con el objetivo de recuperar esa biodiversidad perdida.

Impulsado por Grefa, con el apoyo económico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), en este proyecto también colabora el Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Ribadedeva (Asturias), el Gobierno de Cantabria, Norwegian Environment Agency, Norwegian Institute for Nature Research (NINA) y la empresa EDP.

Para lograr el objetivo de crear una población reproductora de pigargo en España, se puso en marcha en 2021 una primera fase experimental del proyecto, de dos años de duración, al final de la cual se valorarán los resultados obtenidos en cuanto a la interacción de esta gran rapaz con otras especies silvestres, especialmente aquellas en un estado desfavorable de conservación, así como posibles impactos negativos o dinámicas positivas sobre los usos socioeconómicos. Si la fase experimental alcanza una evaluación positiva, el Proyecto Pigargo tendrá su continuidad con la liberación anual de hasta veinte ejemplares durante al menos cinco años más.

Acto de presentación en Pimiango

Los pigargos que llegaron ayer a Pimiango han nacido en 2022 en su hábitat natural de Noruega, país que alberga junto con Rusia las mejores poblaciones europeas de esta rapaz y que aporta ejemplares de la especie para que sea recuperada en otras zonas de donde ha desaparecido. En el lugar de origen un equipo técnico ha monitorizado los nidos con el objetivo de seleccionar aquellos que tienen dos o más pollos. De cada uno de estos nidos se ha extraído un solo pollo con destino a España, por lo que la intervención no supone el fracaso reproductor de la pareja y maximiza las posibilidades de supervivencia del pollo que queda en el nido.

En total han sido 18 las aves que arribaron anteayer 25 de junio al aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas y fueron recogidas por un equipo de Grefa que los trasladó al centro de recuperación de fauna que esta asociación tiene en Majadahonda (Madrid), para su completa revisión veterinaria, la obtención de muestras para diversas pruebas analíticas y con el fin de colocarles un emisor GPS que permitirá seguir sus movimientos cuando sean liberados. Ayer por la misma mañana, 13 de los 18 pigargos salieron rumbo a la costa oriental de Asturias y, tras su llegada a Pimiango, se celebró un acto de presentación de las aves en esta localidad. Los cinco pigargos restantes se han quedado de momento en el centro de recuperación de fauna de Grefa, ya que aún son demasiado pequeños, pero próximamente serán también trasladados a Asturias.

Las 13 aves trasladadas, que aún no han aprendido a volar, reposan ya en los nidos artificiales que han sido construidos para ellas dentro del recinto especial en forma de jaulón instalado en Pimiango. Cuando puedan volar por sí mismas pasarán a un sector más amplio dentro de ese mismo recinto. Allí, hasta que sean soltadas definitivamente, estarán una temporada aclimatándose a la zona y socializando entre ellas, mientras son alimentadas y vigiladas por los técnicos del Proyecto Pigargo, al igual que ya pasó con el primer grupo de pigargos que se liberó a principios de octubre de 2021.

Casi nueve meses de vida en libertad

El pequeño emisor GPS con el que cuentan los pigargos liberados el año pasado está permitiendo seguir sus movimientos y obtener información de suma importancia sobre la vida de estas aves durante los casi nueve meses de vida en libertad que ya han transcurrido desde que se llevó a cabo la suelta de este primer grupo. El dato positivo es que seis de los siete ejemplares que fueron liberados en su día han sobrevivido y su comportamiento se ajusta a lo esperado para estas aves durante sus primeros meses de vida.

En ese tiempo, durante sus vuelos dispersivos propios de los ejemplares jóvenes que buscan territorios para asentarse, se han movido intensamente por toda la cornisa cantábrica, Pirineos y la mitad norte de la Península Ibérica. “Un buen indicador del proyecto es que casi todos los pigargos que liberamos el año pasado se han vinculado en mayor o menor medida al entorno de liberación, lo que dice mucho de las posibilidades de que en un futuro se reproduzcan en esa zona, que es nuestro objetivo”, explica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA y especialista en recuperación de poblaciones de especies amenazadas.

Hasta la fecha los pigargos liberados en 2021 consumen principalmente restos de animales muertos. El origen de las carroñas que han consumido es un 50% cadáveres de ungulados salvajes (jabalí, gamo, corzo y ciervo), un 35% cadáveres de ungulados domésticos (burro, vaca, cabra, ternero y caballo) y el 15% cadáveres de peces. “Pese a los miedos iniciales, las aves se han integrado bien en el hábitat y se desenvuelven sin afecciones a la fauna salvaje o doméstica”, indica la bióloga Lorena Juste, coordinadora del Proyecto Pigargo. “De hecho, hasta la fecha se comportan como carroñeros estrictos y su presencia continua en la zona no ha supuesto el desplazamiento de otras especies como el alimoche, el halcón peregrino o aves acuáticas y marinas”, recuerda Juste.

Medidas beneficiosas para la biodiversidad

A principios del pasado abril uno de los pigargos liberados en 2021 en Asturias se electrocutó en un tendido eléctrico en Francia, un hecho que pudo saberse gracias al GPS del animal y que confirma que las electrocuciones son una de los principales amenazas para las aves rapaces. Por este motivo, bajo la cobertura del Proyecto Pigargo se han corregido casi medio centenar de apoyos eléctricos (postes o torretas) de diseños peligrosos para las aves con medidas anti-electrocución y se han adecuado más de seis kilómetros de cables eléctricos con medidas anti-colisión.

“Estas medidas son las primeras de otras que vendrán y se han llevado a cabo gracias a la colaboración de la compañía EDP, que ha querido implicarse en la recuperación del pigargo con unas actuaciones en el entorno de la zona de liberación que beneficiarán a muchas otras especies de aves”, señala el presidente de GREFA.

2022-06-27

  • Varios pigargos reposan en Grefa (Majadahonda, Madrid) antes de su traslado a Asturias. Foto: Eloy Couceiro / ÇGrefa
    Varios pigargos reposan en Grefa (Majadahonda, Madrid) antes de su traslado a Asturias. Foto: Eloy Couceiro / ÇGrefa.
  • Revisión veterinaria de un pigargo europeo en el hospital de fauna de Grefa. Foto: Eloy Couceiro / Grefa
    Revisión veterinaria de un pigargo europeo en el hospital de fauna de Grefa. Foto: Eloy Couceiro / Grefa.
  • Un pigargo liberado en 2021 echa a volar en la ría de Tina Mayor (Asturias/Cantabria). Foto: Ilja Alexander Schroeder / Grefa
    Un pigargo liberado en 2021 echa a volar en la ría de Tina Mayor (Asturias/Cantabria). Foto: Ilja Alexander Schroeder / Grefa.