A tope de vencejos en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Valle

Debido a la ola de calor y la sensibilización ciudadana

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El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de El Valle, en Murcia, está estos días a tope de vencejos, a los que recibe de manos de los ciudadanos que se los encuentran y se los están entregando en una cantidad superior a la de años anteriores. Para estas fechas, inmersos ya en la temporada pico de ingresos de animales -que va desde finales de primavera a principios del verano-, se han recogido unos 200 vencejos, cuando el año pasado llegaron hasta los 90 y en ejercicios anteriores la cifra rondaba solo los 20 ó 30 ejemplares. Y aún quedan días de trabajo.

QUÉ HACER

+ Si te encuentras un animal que crees que está en mal estado o abandonado, primero cerciórate de que es así. Hay animales que están bien, como algunos pollitos volantones que han abandonado el nido y los padres siguen atentos a ellos. En ese caso, no necesita ayuda.

 

+ Si realmente está en mal estado, o abandonado, o hallas un cadáver, llama a uno de estos dos números:

  - 112 (Emergencias).
  - 968 177 500 (Centro de Coordinación Forestal -Cecofor-, de la Dirección General de Medio Natural de la CARM).

El horario de atención del CRFS de El Valle es de 09:00 a 18:00 h.

 

+ Y mientras llegan a recoger al animal, mantenlo en una caja cerrada, oscura y sin molestarlo, y no le des de comer ni de beber.

 

“Este año han entrado más animales, principalmente vencejos”, confirma María José Gens, directora técnica del CRFS de El Valle, quien achaca el hecho bien a “la ola de calor, que sí afecta”, y también “porque la gente está mas sensibilizada, recoge más animales y avisa más”. Y ello ha disparado los ingresos de ejemplares, entre los que “llega de todo, pero sobre todo juveniles”.

La experta detalla que la entrada de pollitos de vencejo ha sido más intensa en esta última semana. No en vano, es ahora cuando las crías empiezan a ser un poquito más grandes y los polluelos comienzan a abandonar los nidos. Es también cuando son más sensibles, y más aún con el mercurio elevándose en el termómetro. “El control de la regulación de la temperatura en las crías de cualquier especie es en general peor que en los adultos, por lo que son mucho más sensibles a estas olas de calor”, avisa.

A los vencejos, que aprovechan oquedades y similares para criar y están siempre volando, les ocurre que tienen las alas muy largas y las patitas cortas y si caen al suelo no son capaces de despegar bien, al contrario que las golondrinas o los aviones, que sí pueden. “Si el pollo se cae del nido, está vendido”, advierte Gens. De modo que aunque los padres bajen a darle de comer, la cría no va a poder volver a subir. Por eso, hay que ayudarles a salir adelante.

“Así que se junta el calor y que nos traen más animales, y si empieza demasiado pronto son aún más jóvenes y ya tenemos el problema”, describe la directora. En previsión de ello, y teniendo en cuenta el aumento de la participación ciudadana, este año el Centro ha incorporado a cuatro personas extras para que se encarguen exclusivamente de la alimentación de los vencejos, con lo que ha aumentado la capacidad de recogida y mantenimiento de estos animales. Este personal de refuerzo también va a tope en estas jornadas, en las que da cinco tomas al día a las aves, desde las 11 de la mañana hasta las 7 u 8 de la tarde, “de forma que podamos alimentar el máximo de animales posible”, explica la también veterinaria del centro.

El ajetreo es mucho, porque el problema es conseguir alimentarlos bien para que no mueran. “Los vencejos son animales muy difíciles de manejar porque no comen solos, se niegan a comer. A otras especies, como el mirlo, les ofreces el gusano y abren la boca y se lo tragan. A estos tienes que abrirle la boca e introducírselo con una pinza hasta el buche, y es un manejo muy laborioso. Muchos no sobreviven, porque no es fácil sacarlos adelante”, lamenta la experta. El trabajo, además, incluye a ejemplares muy pequeñitos, que son difíciles de mantener con vida, ya que “son muy sensibles, y si tardan mucho en comer pueden morir”.

Por contra, añade, no sufren de impronta por contacto con el hombre, de modo que “si salen adelante, se liberan fácilmente en el medio, se sueltan a la vez y se van todos juntos”.

En cualquier caso, la entrada de pollitos de vencejo se prolonga unas seis semanas al año, con el pico habitual desde mitad-final de mayo a final de junio. En julio entra alguno y en agosto casi ninguno. Es normal, se trata de una especie migratoria que se va a final de verano. Por esas fechas, acaso puede quedar algún ejemplar nacido fuera de época y al que no le da tiempo a migrar. Si es así y alguien lo encuentra desvalido en el suelo, tendrá su sitio en el CRFS de El Valle.

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EL CRFS EL VALLE

En el CRFS de El Valle acogen fauna autóctona en mal estado. Por aquí pasa de todo, pero mayoritariamente aves y más en concreto rapaces, con muchísimos cernícalos, y búhos reales u otras especies de la zona, como el mochuelo de la imagen. Mamíferos hay poquitos y casi todos atropellados, como los tejones. También les dejan bastantes reptiles, entre ellos varias serpientes o las tortugas moras que estaban en cautividad. Y lo que menos ingresan son anfibios e insectos.

    El total de animales que han pasado por el centro en lo que va de año ronda los 800, con datos de la Consejería a 15 de mayo, que no incluye las fechas pico de entrada.

    La época que se extiende de final de primavera a principios de verano es cuando más animales entran en el CRFS de El Valle. “Los animales crían en primavera y los juveniles abandonan a los padres, es una de las épocas críticas en la supervivencia de las especies en general. Son animales sin experiencia, más sensibles a accidentarse o a tener problemas”, explica la directora del centro, María José Gens.

    Cabe señalar que el espacio no está diseñado para la fauna exótica, si bien sí acogen a determinadas especies invasoras que puedan causar afección al medio. Es el caso de la tortuga de Florida: no las recogen pero sí las admiten.

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(NOTA: Imágenes cedidas por Susana Noguera y Belén Escudero).

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.