MARÍA TERESA CAMPO GARCÍA, TÉCNICA DE GESTIÓN DE LA UNIDAD DE DEFENSA DEL MEDIO NATURAL (CARM)

"Nuestros bosques sobrevivirán al tomicus y a la sequía" (II)

"Este último periodo de sequía es notoriamente distinto, con cambios en la cantidad y distribución de la precipitación"

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Seguramente, las repoblaciones se hicieron en su día aplicando los mejores conocimientos y tecnología conforme al presupuesto. Pero, ¿estamos ya en el momento de modificarlas, por ejemplo, entresacando pinos -la alta densidad favorece las plagas-, introduciendo otras especies y fomentando el nivel arbustivo?

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Los efectos de la sequía se han dejado notar tanto en zonas procedentes de repoblación artificial como en zonas naturales. Las masas que se consiguieron como consecuencia de un importante e intenso trabajo realizado durante las décadas de los 60 a los 80 del pasado siglo XX han reportado resultados extraordinarios, convirtiendo zonas agrícolas de muy baja productividad o zonas forestales con muy alta tasa de erosión en auténticas formaciones forestales de las que todos podemos disfrutar hoy en día y que contribuyen a las 308.219 hectáreas de terreno arbolado que se encuentran inventariadas en la Región de Murcia.

La regulación de la competencia mediante aclareos y clareos tendrá siempre un efecto positivo en la vitalidad al poner más recursos al alcance del individuo, aunque eventualmente puede fomentar el ataque de Tomicus destruens y otras plagas forestales. El aumento de la diversidad es un objetivo a alcanzar siempre, y se viene aplicando desde que se hacen repoblaciones. A medida que éstas han fijado convenientemente el suelo y han aumentado su profundidad y fertilidad, se ha propiciado el desarrollo del matorral mediante aclarado del pinar e incluso haciendo repoblaciones de enriquecimiento, siendo difícil encontrar pinares puros sin otras especies acompañantes de más de 40 ó 50 años.

Dicho esto, en muchas ocasiones no se trata tanto de decidir si se debe aumentar esta biodiversidad como de si se puede, ya que algunos de estos pinares se encuentran en terrenos límite para otras especies por falta de suelo, fertilidad, precipitación, altura, exposición, etc., o por una combinación de todos ellos, en los que, bajo el pinar, solo se desarrollan algunas especies de herbáceas o matorral pionero de labiadas o cistáceas.

Por otra parte, durante los últimos años se han incorporado nuevos conceptos a la gestión forestal que permiten desarrollar líneas de trabajo relacionadas con la mitigación y adaptación al cambio climático de acuerdo con lo establecido en la estrategia europea de la UE en favor de los bosques y del sector forestal. Los proyectos de ordenación que se elaboran para los montes públicos y privados de la Región de Murcia incorporan estrategias adaptativas y manejan conceptos como selvicultura adaptativa, gestión forestal del agua, sumideros de carbono y otros muchos conceptos que garantizan la permanencia de las masas a largo plazo, fomentan la biodiversidad de especies de flora y fauna y reducen el riesgo de plagas forestales.

Continuamos en este reportaje la conversación mantenida con María Teresa Campo García, técnica de Gestión de la Unidad de Defensa del Medio Natural de la Subdirección General de Política Forestal de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM), sobre la posibilidad, o no, de que nuestros bosques sobrevivan a la persistente sequía y al ataque de varias plagas.

Campo García, que gestiona las plagas forestales de este territorio, defendía en la primera parte de esta entrevisa, publicada hace unos días en este medio, que nuestros bosques están preparados para adaptarse a las nuevas condiciones de insolación y precipitaciones, incluso combinadas con la presencia de plagas, y que sobrevirían a este caluroso verano.

Ahora, profundizamos con esta ingeniera técnica forestal en la persistente sequía y en las consecuencias de las repoblaciones que hace años se llevaron a cabo en la Región.

elclickverde (ecv)- Este verano ha sido muy seco. Pero, dentro de su sequía, ¿hay que considerarlo extremo y anómalo, o ha habido ciclos anteriores semejantes, que finalmente se superaron?

Campo García (CG)- La geografía regional ha superado periodos de sequía muy intensos. Un ejemplo es la grave sequía sufrida durante los años 1993-1994, donde las precipitaciones medias apenas superaron los 175-200 milímetros en numerosas estaciones meteorológicas. Pero el último periodo de sequía desde 2012 hasta 2016 presenta características que lo diferencian claramente de otros períodos secos, ya que incluye el año hidrológico 2013/2014, que es el más seco desde que se tienen registros (1941), con precipitaciones que en muchos casos apenas superaron los 65 milímetros, o la continua e intensa ola de calor que se sufrió durante el verano de 2015. Este último periodo de sequía es notoriamente distinto. Se están produciendo nuevos patrones de comportamiento climático, con cambios notables sobre la cantidad de precipitación, su distribución temporal, el número de días con temperaturas mayores de 35°, la intensidad y duración de las olas de calor o el número de días nublados.

ecv- Aunque quizá no sea solo cosa de este año, sino que la falta de agua viene de años atrás, y esa sequía acumulada puede ser un factor a tener en cuenta.

CG- Por supuesto, la sequía acumulada ha sido muy importante impidiendo la recuperación para alcanzar un nuevo equilibrio homeostático de los individuos que integran los estratos arbóreo, de matorral y herbáceo. La vegetación de los sistemas forestales se ha enfrentado a una reducción drástica de precipitación, que se inició ya en el año 2012. Si a este año 2012 se le resta la precipitación de las graves inundaciones del 28 septiembre, también se manifiesta como claramente deficitario en precipitación en gran parte de la Región en Murcia. El año hidrológico 2013/2014 fue el más seco desde 1941. El año 2015, además de mantener un nivel de precipitación bajo, se caracterizó por presentar un periodo estival con intensas y duraderas olas de calor. Se puede decir que los sistemas forestales han acumulado una intensa sequía, ocasionada por la reducción de precipitación media anual hasta un 76% en algunos casos, la presencia de periodos con temperaturas altas como las correspondientes a las olas de calor y una variación de la precipitación durante la época de primavera. Estas circunstancias han provocado que los sistemas forestales hayan atravesado un difícil periodo que ha influido determinantemente en la permanencia de algunas masas ubicadas en las peores calidades de estación. (ecv- la Calidad de Estación es una medida que da una idea del conjunto de factores físicos y biológicos que caracterizan la productividad de un sitio, y además de con datos cuantitativos, puede también ser definida de forma descriptiva).

ecv- ¿Qué áreas de nuestros bosques están afectadas?

CG-Al hablar de área afectada tenemos que precisar que no se trata de una superficie continua, sino que en un mismo monte se pueden encontrar muy diversos grados de afección. Estos grados de afección se encuentran determinados por la calidad de estación y factores tales como la exposición a la radiación solar, las características del suelo, la cobertura vegetal o fracción de cabida cubierta, la precipitación y temperatura de la zona o inclusive la edad de la masa. Este amplio elenco de factores, origina una gran heterogeneidad geográfica que debe precisarse a la hora de hablar de áreas afectadas, pero existen algunos patrones (ecv- que ya vimos en la pimera parte de la entrevista).

ecv-¿A qué se debe la diferencia de gravedad de la afección?

CG- Las diferencias geográficas en cuanto a los efectos de la sequía y de las plagas asociadas responden a un gradiente de calidad de estación que es minuciosamente estudiado desde la Dirección General de Desarrollo Rural y Política Forestal. Se están abordando trabajos de emergencia en zonas con mortalidad de pies como consecuencia de la sequía y de las plagas, pero además se están desarrollando a través de la política forestal y los instrumentos de ordenación importantes estrategias adaptativas para los sistemas forestales. La labor de la política forestal debe extenderse indudablemente a las áreas que aún no se encuentran afectadas por el cambio climático, para amortiguar las condiciones climáticas extremas y garantizar su permanencia a largo plazo.

 

 

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Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.