"No podemos hacer frente a la contaminación por plástico si no es con un cambio de hábitos"

Vanessa-Sarah Salvo, coordinadora de la Delegación Surfrider España que pasea la Caravana Sin Plásticos estos días por la Comunidad Valenciana, recalca el poder del ciudadano para resolver este problema

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La Caravana Sin Plásticos ha recalado estos días en la Comunidad Valenciana para concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de eliminar o reducir la utilización de bolsas y botellas de plástico de un solo uso. Se trata de una iniciativa repleta de actividades que se desarrolla a lo largo de cinco jornadas para divulgar el impacto de estos residuos y las alternativas existentes, al tiempo que busca crear alianzas con administraciones y la industria. Vanessa-Sarah Salvo, coordinadora de la Delegación Surfrider España, estará el próximo viernes en Valencia para participar en un encuentro que lleva precisamente por título '¿Cómo reducir el consumo de botellas de plástico? Encuentros sobre experiencias y propuestas sobre reducción del consumo de las botellas'. Salvo, doctora en Ciencias Ambientales con una larga trayectoria en educación ambiental, recalca el poder del ciudadano para revertir el problema del plástico y defiende que "actualmente nos encontramos con un problema de contaminación creciente al que no podemos hacer frente si no es con un cambio de hábitos".

vanessa_sarah_salvo_en_set_surfrider_elcEl plástico, relata la experta, contamina a varios niveles. Tiene, en primer lugar, una contaminación estética, y también una física al interferir en la fauna y flora marina. Además es un trastorno económico por los altos costes que conlleva la limpieza de playas, tarea en la que Europa invierte más de 600.000 euros al año. Añade asimismo el problema de la "biomagnificación", ya que los fragmentos de plástico entran en los ciclos alimenticios y pueden afectar a la salud humana a nivel químico. A todo ello se une que el material plástico, en determinadas condiciones de conservación, libera compuestos químicos que actúan como activadores del sistema hormonal, en particular del estrógeno, hormona femenina, "por lo que reusar botellas de plástico de un solo uso puede provocar alteraciones", advierte.

Entre las soluciones, además de recurrir a las botellas reusables, de vidrio, jarras y/o cantimploras, incluye la sencilla opción de beber agua del grifo. "Está infravalorada porque puede tener un sabor más o menos intenso, pero a nivel cualitativo es buena. Además, actualmente hay posibilidad de usar filtros que mejoran sus condiciones organolépticas y el valor del agua", apunta. El asunto es importante, no en vano España es el tercer consumidor en Europa de agua embotellada, y Europa el primer continente. Aquí consumimos 52.000 millones de litros de agua al año, lo que representa 994.430 toneladas de botellas de plástico, y que se traduce en 73 botellas de agua por europeo y año. "Esto se podría mejorar", ahonda.

POR MURCIA Vanessa Sarah Salvo tiene también experiencia en la coordinación de proyectos medioambientales en el ámbito autonómico, nacional e internacional, gran parte de ella desarrollada en la Región de Murcia, donde en 2009 cofundó la ONG para la conservación del medio ambiente Eplan. Y no descarta pasear por esta Comunidad una de sus Caravanas Sin Plástico. "Nos encantaría poder contar con la Región de Murcia. El problema de la contaminación por basura marina es un problema global que nos afecta a todos. Brindar a los ciudadanos información y alternativas es la mejor opción para reducirlo".

Además, el plástico es el mayor componente de las basuras marinas. Las basuras marinas son, en detalle, cualquier sólido persistente de origen no natural (manufacturado), que haya sido desechado, depositado o abandonado en ambientes marinos y/o costeros. De éstas, el 75-85% son de origen plástico, por este motivo generalmente se solapan los conceptos. Sin olvidar que los ríos son las principales arterias de nuestros mares "por lo que es importante dar a conocer que los residuos que llegan al río alcanzan el mar y finalizan en nuestros platos con el pescado", pormenoriza. Y todo ello teniendo en cuenta que "nosotros vemos la punta del iceberg ya que el 70 por ciento de las basuras marinas se depositan en los fondos marinos", destaca. Así que "el problema es enorme", lamenta Salvo, quien recuerda que se estima que tiramos al mar entre ocho y diez toneladas de residuos cada año. "Las administraciones internacionales y nacionales se están moviendo porque cada día tenemos más información sobre el crecimiento exponencial de este problema e informaciones de los efectos dañinos sobre el ambiente y el hombre. La información es mucha, pero ahora nos toca pasar desde la información hacia la acción. Cambiar de hábitos en nuestro día a día, aplicar nuevos gestos en nuestras empresas, en nuestras ciudades. ¡Con una cantimplora y un filtro por el grifo podemos hacer mucho!", insiste.

Pero no deja caer todo el peso del cambio sobre el consumidor. Las industrias pueden dejar de producir packaging, proponer sistemas para recuperar los envases "y también reutilizarlos, considerando que, además del problema del impacto por el plástico, nos estamos enfrentando a un problema de los recursos", hace ver. Y también la Administración se lleva su parte, ya que puede proponer legislación para reducir o prohibir el consumo de productos que no son prioritario y de los productos plásticos de uso único, para promover el uso de jarras, botellas de vidrio o envases reusables, y para impulsar los Sistemas de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR). Y pone como ejemplo el caso de Francia, donde en julio 2016 se aprobó la prohibición de la bolsa de plástico de un solo uso y en 2018 los bastoncillos de los oídos serán de cartón, y por medidas como la que obliga a los restaurantes a poner una garrafa de agua gratuita si el cliente lo solicita.

OJO A LOS BIOPLASTICOS Y A LOS ENVASES OXO-BIODEGRADABLES

Desde Surfrider no están a favor de los bioplásticos porque "pueden tener trampas", reniega Salvo. En primer lugar, explica que su uso puede tener sobre el consumidor un efecto de "limpiar conciencias", es decir: seguimos consumiendo con el mismo ritmo debido a que son 'bio'. "Esto, obviamente, no es una actitud ecosostenible", defiende. Una segunda trampa es que la certificación de que los productos son de plástico biodegradable se refiere a la capacidad del material en cuestión en degradarse en condiciones industriales, "esto quiere decir que en realidad no tenemos idea del comportamiento de estos materiales en el ambiente". Otro asunto le parecen las bolsas oxo-biodegradables, que por su naturaleza incluyen muchos aditivos químicos contaminantes. Estos materiales se fragmentan muy rápidamente por su composición, por lo que aceleran sus "efectos" y sus fragmentos entran en la cadena alimentaria, soltando compuestos y aditivos químicos. "Por lo que depende: hay que estar muy atento a qué tipo de envase se trata, tanto biocompostable como bidegradable, ¡y considerar siempre que el mejor residuo es aquel que no se hace!", concluye.

En este sentido, la elección de Valencia no es casual. "Esta Comunidad Autónoma está elaborando una Propuesta de Ley para la reducción de los residuos muy innovadora, con alternativas a la producciones de envases como la reintroducción del sistema SDDR". Este hecho facilita el camino hacia una de esas alianzas con la Administración que tanto gustan a la organización.

Al respecto, Salvo detalla que las competencias en este ámbito son autonómicas, "por lo que primariamente apoyamos las acciones de las Comunidades Autónomas donde hay propuestas de ley o intenciones de cambiar e impulsar un proceso de cambio". De todas formas, trabajan a todos los niveles, incluidos Gobierno español y la Comunidad Europea, "para impulsar mejoras en la gestión de residuos y la reducción de los mismos" así como con muchas empresas en el ámbito de la hostelería y los hoteles "que están apostando por la mejora ambiental, el uso de agua del grifo o la reducción de envases de uso único. Es una mejora ambiental, ahorran dinero y energía y mejora mucho la imagen frente a sus clientes", asegura la experta.

La Caravana, que arrancó a finales de abril y terminará el 8 de junio, se enmarca en la campaña de Surfrider España #SinPlástico #Resetyourhabits #Resetyourbottle, que incluye otras experiencias similares que se están desarrollando al mismo tiempo en Europa, en concreto, con dos acciones en Francia y una en Alemania. La cita de Valencia (ficha) va bien. Aquí las actividades, con exclusión de las acciones para el Día Mundial del Océano del próximo 8 de junio -que se centra en escolares- son abiertas a todos los públicos, y en ellas han colaborado ya más de 200 voluntarios activos, además de asistentes y ciberactivistas. Incluye un encuentro, una mesa redonda, recogidas y caracterización de basuras marinas utilizando protocolos científicos internacionales y hasta un concurso de fotos. Todo ello, para recordar que el problema de la contaminación por plástico "es global, por lo que no existe una solución única, más bien un conjunto de acciones para reducir, mitigar el problema y finalmente terminar con él, es decir: reducir, reusar, reciclar, actuar, investigar y legislar", y que en ese camino, "los ciudadanos somos parte activa con la reducción de los consumos y la racionalización de los mismos", dice Salvo.

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(Imágenes: Surfrider España).

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.