A votación popular propuesta por SEO/BirdLife, la lechuza común (Tyto alba) es el Ave del Año 2018, según indica la entidad en una nota de prensa.

La lechuza común es un ave mediana que tiene de 33 a 35 centímetros de longitud y una envergadura de 80 a 95 centímetros. Son característicos su vuelo silencioso, su disco facial con forma de corazón y su bello plumaje. 

La situación de esta ave "es fiel reflejo del mal momento que sufre la avifauna ligada a las zonas agrarias y, entre otras cuestiones, evidencia problemas como la pérdida de hábitat, los efectos del actual modelo agrícola o el despoblamiento rural", apuntan desde la organización. "En silencio, como cuando vuela, esta especie nos avisa, desde hace años, sobre la paulatina pérdida de vida en el campo. Se la ve menos, se la oye menos. Ocurre lo mismo con los insectos. Con los roedores. Con los paisajes y con el paisanaje”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.

En el caso de la lechuza, el declive poblacional se sitúa en torno al 13% en la última década, aunque en algunos puntos del país el bajón llega al 50%.

El descenso de individuos es especialmente significativo en la parte del país denominada “región mediterránea sur”, que abarca Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y parte de Aragón, Madrid, Cataluña y Extremadura. En esta zona del país, la más extensa, las poblaciones de lechuza se han reducido a la mitad.

Cataluña y Castellón (la denominada región mediterránea norte) son los puntos donde la especie ofrece mejores datos. En el norte del país también se nota el declive que, en el último año, se mantiene en torno al 15%.

La lechuza es un ave protegida a nivel nacional, incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Una de las principales causas de su declive es la radical transformación del medio agrario, "cada vez más alejado de los paisajes que mostraban un mosaico de cultivos adaptados a la realidad hídrica de cada zona", explica el texto. En la actualidad, el medio agrario está más centrado en grandes extensiones de monocultivo, a menudo basadas en regadío. Este cambio de paradigma, unido al empleo generalizado de plaguicidas y rodenticidas, contribuye a la pérdida de biodiversidad en el campo y a su contaminación. Hay menos diversidad de hábitat, menos insectos, menos roedores y, por tanto, menos alimento para las aves agrarias, que además sufren envenenamientos secundarios.

Esta realidad lleva aparejada un continuo despoblamiento rural que también afecta a las aves ligadas a entornos con presencia humana. Por ejemplo, las lechuzas pierden lugares tradicionales de nidificación como campanarios, caseríos o granjas.

La entidad recuerda, además, que al igual que otras especies de búho y de cárabo, la lechuza común ha vivido en los últimos años su minuto de fama gracias a la saga de Harry Potter, un interés que ha disparado el comercio ilegal de la especie en algunos puntos del planeta, como el sudeste asiático.

Por otro lado, las colisiones y electrocuciones, y también los atropellos en carretera, no contribuyen a mejorar su estado de conservación en España.

Como ocurre en la mayoría de los casos, mejorar las poblaciones de lechuza pasa por una mejora de la biodiversidad en el medio rural, aclaran desde la ONG. Lograrlo es un reto en el que intervienen múltiples factores pero que, en el terreno legislativo, tienen importantes hitos en los próximos años. En este sentido, desde SEO/BirdLife han impulsado la iniciativa Living Land, por un campo vivo, que puede servir también para echar una mano a la lechuza común.

La campaña de comunicación y conservación Ave del Año cumple la treintena con esta edición. La elección del ave protagonista sirve para hacer una llamada de atención hacia su mal estado de conservación.

Así, la elección de la lechuza como Ave del Año reforzará el trabajo de incidencia que está realizando SEO/BirdLife en tres procesos legislativos relacionados con la especie (Ley de Cambio Climático, la reforma de la conocida PAC, y la revisión de la Directiva Marco de Agua), centrará su acción en el ámbito internacional y legal, y además impulsará nuevas vías de trabajo con otros agentes –consumidores, agricultores, ganaderos, municipios del medio rural, entre otros– para mejorar el hábitat y las condiciones de la lechuza, a fin de reducir sus amenazas directas y mejorar el conocimiento sobre la especie. En este sentido, pide la colaboración ciudadana para identificar zonas de cría y nidificación, siempre sin molestar a las aves. De esta manera, la ONG ambiental podrá conocer mejor la distribución en España de la especie y completar el Atlas de las Aves en época reproductora.

2018-01-02