Un breve mail de un alcalde ha llegado a nuestro buzón de correo. Es muy escueto. Dice: "Os presentamos nuestro valle del Río Tirón (Burgos), las rutas ornitológicas de los ecosistemas castellanos y el mirador de las rapaces del Convento. Agradecemos su difusión y promoción para que se conozcan".
El texto es breve, y precisamente por eso, promete. Cuando algo es bueno necesita pocos adornos.
En adjunto, una profusa documentación gráfica refuerza la idea de que estamos en un paraje singular para la avifauna. Su examen nos revela que estamos ante el pueblo de las cien aves (en realidad, se han censado más de cien especies en esta área) y nos apetece saber más.
Indagamos.
A 50 kilómetros de Burgos, hacia el este, una hermosa penillanura alberga una aldea envuelta en paisajes tan diversos como los bosques de ribera, las estepas cerealistas castellanas, el boscaje mediterráneo, y cómo no, el suelo agrícola que nutre de sabrosas recetas a la zona.
Con menos de 200 habitantes, Fresno de Río Tirón (el pueblo desde el que nos llega el correo) transita de los inviernos fríos a los veranos secos y calurosos, de los cuales le protegen las cercanas montañas. Recibe el olor de la lavanda, el tomillo o la santolina, el dorado otoño de los chopos que advierten del camino del agua, el crujir de las nueces y, en el aire, el aleteo de más de cien especies de aves. Algunas de ellas, rapaces escasas en Europa. El águila real campea todo el año, y después, según las estaciones, alcotanes, milano negro, milano real, aguiluchos, buitres... También anida la cigüeña blanca, y los pico picapinos y pitos reales se dejan oír taladrando los troncos. La garza real y el martín pescador vigilan el río. Y sobre el tapiz nevado, el rojo carmín del vientre del camachuelo. Y en la oscuridad del páramo, las nocturnas. Mal no se tiene que dar la cosa cuando los folletos informativos vienen ilustrados por Juan Varela Simó...
La zona se encuentra a solo cuatro kilómetros del Camino de Santiago, lo que posibilita una amplia oferta en cuanto a alojamiento y restauración. A eso se añade que están a cinco kilómetros de Belorado, 15 de Santo Domingo de la Calzada... Después de un día de senderismo, pajareo y asueto en general, es fácil poder dar con un típico cocido de caparrones (alubia roja) o saborear los pimientos de la tierra. Fresno de Río Tirón es un pueblo emprendedor y aglutina a más de una veintena de empresas y comercios. Las mochilas bien pueden cargarse con las exquisitas morcillas del lugar (tipo 'Burgos'), embutidos y repostería.
Los días suelen ser despejados y soleados y las noches frías. En ausencia de humedad, se aguanta muy bien el frío. Eso es bueno para el caminante. Y esta próxima Semana Santa puede ser una buena fecha para comprobarlo.
2017-03-22
Mirador de aves en Fresno de Río Tirón a finales de invierno y principio de la primavera.
Mirador de aves en Fresno de Río Tirón en verano y otoño.
Convento de Fresno de Río Tirón.
Abajo, los álamos aún sin hojas. En primer plano, un árbol florecido.
Pequeña guía de aves de la zona, ilustrada por Juan Varela Simó.
Las cuatro rutas ornitológicas de Fresno de Río Tirón.
