Este año 2017 es ya el peor año para el lince ibérico, con un total de 33 muertes cuando todavía quedan más de dos meses para que acabe el año, según lamenta WWF en una nota de prensa.

La entidad califica este ejercicio de ‘año terrible’ para el lince ibérico, con un último ejemplar muerto este mismo puente en una trampa ilegal en Montes de Toledo. Se trataba de un lince macho nacido en 2015 y liberado en la zona en febrero de 2016. El ejemplar fue trasladado al CERI para la realización de la necropsia correspondiente.

La mayoría de las muertes, 21, han sido por atropellos, pero también destacan las muertes por furtivismo, con al menos cinco ejemplares muertos. Esta cifra, si bien no representa una amenaza para el proceso de recuperación de la especie -que sigue creciendo-, "es inaceptable ya que supone ralentizar los esfuerzos realizados para sacar al lince ibérico de la categoría ‘en peligro crítico’ de extinción", advierte el texto.

Para revertir esta situación, la organización conservacionista avisa de que denunciará los hechos en el Ministerio de Fomento "para que actúe de forma urgente y ponga en marcha las obras previstas en las carreteras". Asimismo solicitan la colaboración de la ciudadanía para que el Seprona pueda encontrar a los culpables de estos hechos delictivos y sean llevados ante la justicia.

Afortunadamente, para WWF la recuperación del lince no está en peligro, ya que el último censo (2016) arroja unas cifras de 475 linces y se espera que el de este año supere los 500. Sin embargo, "el alto número de linces muertos en lo que llevamos de año está disparando nuestras las alarmas. Lamentamos que los atropellos sigan siendo la primera causa de mortalidad no natural del lince ibérico, con un total de 21 sobre 33". Además, recalcan que la mayoría de estos atropellos ocurren en varios puntos negros que ya han señalado en la campaña ‘Ni un lince más atropellado’ (donde tiene abierta una recogida de firmas para pedir a los Ministros de Fomento y Medio Ambiente que arreglen los puntos negros en las carreteras).

En concreto, de los 12 linces muertos por atropello en Andalucía, 8 han muerto en tres puntos situados en la A-IV, la N-420 y la A-301, las dos primeras de competencia estatal. Lo mismo ocurre en Castilla-La Mancha, donde han sido atropellados 7 linces, 3 de ellos en una única carretera. Por todo ello, la entidad "reprocha" al Ministerio de Fomento que todavía no haya puesto en marcha las "grandes obras prometidas" a pesar de contar con financiación por parte de las autoridades ambientales europeas y naciones.

A nivel regional, la organización también pide a las Consejerías correspondientes de Andalucía y Castilla-La Mancha que incrementen sus esfuerzos para arreglar las carreteras y construir los pasos de fauna necesarios.

La persecución directa por furtivismo y por la colocación de trampas ilegales como lazos son la segunda causa de muerte no natural, que ya ha acabado con la vida de al menos cinco ejemplares este año. "Esperamos que el Seprona investigue a fondo estas muertes y que cuente con el apoyo de toda la población, en concreto, con el propio colectivo cazador para encontrar a los culpables de estas atrocidades", defiende WWF.

Según Luis Suarez, responsable del Programa de Especies de WWF España, “la recuperación del lince puede verse ralentizada por estas muertes causadas de forma directa por el ser humano”. Y añade que “es urgente poner fin a estos problemas para poder afrontar los verdaderos retos del futuro de la especie, como son la conservación del conejo y la conectividad entre poblaciones dispersas”.

2017-10-16

  • Lince atropellado. Imagen: © Juanjo Carmona, WWF
    Lince atropellado. Imagen: © Juanjo Carmona, WWF.