Imitando a la vida

monica_rubio_foto_artista.jpgEl ser humano se enfrenta a menudo a grandes y pequeños problemas que necesitan soluciones. Y cada vez más, busca estas soluciones en la naturaleza. Desde la manzana que cayó para inspirar a Newton la Ley de la Gravedad -según las malas lenguas no fue así, pero nos vale-, hasta la recién ideada sutura que cierra heridas en un minuto elaborada tras imitar las propiedades del mejillón, que compartimos ayer en Facebook y que tanto gustó, hay decenas de ejemplos. La bardana, que inspiró el velcro, crece introducida en la Región. Por aportar alguno menos conocido, tenemos a la venta un cristal invisible al ojo humano, pero que a vista de pájaro está cruzado por una telaraña, con lo que evita que choquen con él; o la tecnología led de las pantallas caras de televisión, que proviene de un mecanismos presente en las alas de las mariposas... También los futuros vehículos espaciales, que poseen unas patas articuladas al estilo de los crustáceos marinos, cuyos movimientos ha estudiado la NASA para superar obstáculos que las ruedas no pueden; o un futurible material que puede remplazar a los miles de kilos de plástico que manejamos, y que surgiría de la cutícula biodegradable de un insecto. Es el biomimetismo, una disciplina que trata de aplicar los procesos naturales al diseño de productos. En Wikipdia aún viene el hallazgo mejillonero como en vías de estudio. Y listan otros interesantísimos, como una batería solar tamaño célula con capacidad fotosintética. Nos gusta la cosa porque muchos de los organismos inspiradores causan repulsión, por lo que, en cierto modo, puede suponer una ayuda para ellos. Es el caso de los murciélagos, que han dado ya origen a un bastón para ciegos; del edificio construido imitando las técnicas de las termitas para mantener temperatura y la humedad; o una futura cinta adhesiva con la técnica de las patas del geco; y un aparato que recoge agua de niebla que imita a un escarabajo del desierto. No se trata de extraer componentes que las especies vegetales o animales tengan, sino de seguir el ejemplo, lo que supone, por norma general, no introducir nuevas sustancias químicas al medio, apenas generar desechos y desperdiciar el mínimo de energía. Se nos ocurre que en la Región de Murcia también hay especies que sirven de inspiración. A esta narradora, el profesor de la UMU Oliva Paterna le habló de las posibilidades que esconde el fartet. Su capacidad para soportar distintas condiciones de salinidad podría ser aplicable a diversas enfermedades. El gallipato puede regenerar sus miembros, mecanismo sin duda interesante para copiar. La holoturia, o pepino de mar, de nuestras costas es feota y no tiene mucho caché, pero sintetiza una proteína que inhibe algunos parásitos, como el de la malaria. Ahora se está investigando por la vía transgénica, pero nos gusta más la biomimética. Quizá se podrían buscar más ejemplos en la Región y abrir una línea investigadora en las instituciones. Una colaboración entre la Biología y Ciencias Ambientales y las Ingenierías, por ejemplo. Ahora bien, ¿qué otras especies podrían inspirar a estos investigadores? Podría ser cualquiera, así que es motivo para respetar la vida en todas sus formas. ¿Las cucarachas también? No en vano, contienen el secreto de su gran resistencia a la radiación nuclear, una amenaza nada imaginaria... Uff. Seguimos cavilando.

 

  • Ideas sobre el Biomimetismo. (Nota: fotografía original del gallipato, cedida por Ahemur)
    Ideas sobre el Biomimetismo. (Nota: fotografía original del gallipato, cedida por Ahemur)