El reciente nacimiento, el lunes de la pasada semana, de una cría de foca gris (Halichoerus grypus) abre oficialmente la temporada de las focas en el Riga Zoo, cuyas instalaciones ya están listas, como cada año, para hospedar las crías de focas que pueden llegar a encontrarse varadas en la bahía de Riga, la capital del país, y en las demás playas letonas.

La nueva cría, un macho, se encuentra en buenas condiciones, vigilada constantemente por su madre, Krista, pese a haber nacido en la nieve, con una temperatura de -11 °C. En la instalación de al lado, separada por una pared para dar más tranquilidad a Krista y su pequeña, está Puika (el padre) que observa cada movimiento de su cría. Puika es una foca silvestre que no se pudo reintroducir y se quedó connosotros, y Krista nos llegó de un zoo. Se trata del segundo retoño para esta pareja en los últimos tres años.

Además de Krista y Puika, Riga Zoo recibe desde hace años crías de focas varadas. La actividad como centro de rescate de focas se remonta a los años 50-60, pero desde el 1983 el centro cuenta con un protocolo de trabajo que se ha ido afinando con el tiempo. El protocolo marca las pautas a seguir para la alimentación artificial de los animales, el cuidado y los pasos a seguir para la reintroducción de los ejemplares. Actualmente existe un acuerdo entre Riga Zoo y la Agencia de Conservación Ambiental del Ministerio de Ambiente de Letonia que regula la actividad.

La Agencia de Conservación Ambiental se encarga de atender las llamadas con los avistamientos de ejemplares (en su mayoría jóvenes) en las playas de Letonia. Los agentes acuden y, si las condiciones del animal lo aconsejan, traen la foca al Riga Zoo. Aquí los animales son atendidos por el equipo veterinario que evalúa el estado de salud de cada ejemplar, antes de enviarlos a las instalaciones de cuarentena, donde seguirán bajo observación. En los casos de animales incapaces de alimentarse autónomamente, se pasa a suministrarle comida con una sonda. Cuando los animales han superado positivamente el periodo de observación, se les traslada a las piscinas exteriores, donde permanecerán también durante el verano, para aumentar de peso y desarrollarse correctamente.

Llegado agosto, los ejemplares considerados aptos para la reintroducción en la naturaleza serán liberados después de haber sido marcados con crotal en la aleta delantera.

Aquellos ejemplares que no se encuentren en condiciones idóneas para ser liberados (por graves lesiones, anomalías físicas, etc.) son enviado a otros centros, que se hacen cargo de ellos.

Gracias a este programa, desde 1983 Riga Zoo ha rescatado 138 focas varadas, de las cuales 66 han sido reintroducidas en su ambiente natural.

 

Alessandro Di Marzio. Consultor científico, Riga Zoo
2019-01-29

 

  • Alimentando aun cachorro en el recinto exterior. Imagen: Sergejs Čičagovs
    Alimentando a un cachorro en el recinto exterior. Imagen: Sergejs Čičagovs.
  • Varios ejemplares, en la piscina de cuarentena. Imagen: Elīna Gulbe
    Varios ejemplares, en la piscina de cuarentena. Imagen: Elīna Gulbe.
  • Cría de sólo tres días. Imagen: Elīna Gulbe
    Cría de sólo tres días. Imagen: Elīna Gulbe.
  • Krista, con su cría del año pasado. Imagen: Elīna Gulbe
    Krista, con su cría del año pasado. Imagen: Elīna Gulbe.
  • Momento de la esperada liberación de un ejemplar. Imagen: Elīna Gulbe
    Momento de la esperada liberación de un ejemplar. Imagen: Elīna Gulbe.